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El 20 de junio, con ocasión del Día Mundial del Refugiado, el Ministerio de Justicia organizó una mesa redonda sobre políticas del Gobierno surcoreano sobre refugiados, mientras que la Comisión Nacional de Derechos Humanos llamó a mejorar el sistema para segundas solicitudes de refugio.

El Día Mundial del Refugiado fue establecido en el año 2000 por Naciones Unidas para lograr una mayor sensibilización de los habitantes del mundo sobre el tema de los refugiados. Y por refugiado se entiende a toda persona que se encuentra fuera de su país de origen por temor a la persecución, al conflicto, a la violencia generalizada o a otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público y, en consecuencia requieren de protección internacional. De los citados motivos, la persecución puede ser de índole racial, religiosa, política o ideológica, e incluye no solo acciones en marcha, sino potenciales persecuciones a futuro.

Cuando estalló la guerra de Corea del Sur, casi toda la población se convirtió en refugiada. Sin embargo y pese a su historia, los coreanos tienen poca noción sobre el tema, en particular porque los refugiados de la guerra de Corea eran en su gran mayoría desplazados internos, y fueron relativamente pocos los que buscaron refugio en un tercer país. Esa escasa consciencia sobre el tema en Corea ha generado recientemente fuertes debates sobre la acogida de refugiados, al llegar al país personas de diversas zonas del planeta, bien desplazadas de sus países de origen o bien obligados a migrar por razones diversas.

A estas alturas, la opinión que cuenta con más apoyo es a favor de unas políticas más abiertas hacia los refugiados. El dilema aquí es que hace falta un marco institucional y legislativo para una mejor acogida y armoniosa integración de esas personas a la sociedad surcoreana.

En este sentido se entiende el llamado que hizo recientemente la Comisión Nacional de Derechos Humanos para reformar el sistema de segundas solicitudes de refugio, considerando que en Corea, por sus estrictos criterios de evaluación, es ínfima la tasa de solicitudes aprobadas. Según datos oficiales sobre solicitudes de acogida por parte de refugiados, de las presentadas los últimos cinco años, apenas un 1% fueron reconocidas. Además, la ley en vigor impone serias desventajas a quienes presenten solicitudes de refugio por segunda vez, para evitar abusos, por lo que suelen rechazar la renovación de estadía en Corea, y las ayudas económicas y de empleo.

En todo caso, considerando el cambio de percepción entre los coreanos sobre el tema de los refugiados, se espera que la situación mejore en adelante.