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La flor de loto es una hermosa planta que crece en estanques o agua lodosa, y es conocida en Corea como un símbolo de budismo. Pero no solo su hermosura o su significado espiritual merecen la atención sino también su raíz. 

Les cuento que la raíz de loto es un ingrediente muy popular en este país, y es apodada “joya en el barro”, ya que además de ser sabrosa aporta muchos beneficios para la salud. Su aspecto exterior no puede parecer tan apetecible, pero al hacer corte en rodajas se puede apreciar un atractivo patrón de agujeros redondos. 

En Corea, la raíz de loto se cosecha mayormente entre septiembre y noviembre. El plato coreano más popular que se elabora con este ingrediente es la raíz de loto guisada, una excelente guarnición para acompañar al arroz. Pero también se disfruta en forma de panqueque de estilo coreano, en encurtido o en té. 

Cuando se corta la raíz de loto por la mitad, se unta una esencia pegajosa y transparente que contiene gran cantidad de glicoproteína llamada mucina. Esta sustancia ayuda a proteger la pared gastrointestinal y reducir los niveles de colesterol y azúcar. La raíz de loto también es tan rica en vitamina C como el limón, y puede aliviar la inflamación, mejorar la circulación sanguínea y estimular el metabolismo.

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Hoy les invitamos a conocer la receta de “yeongeun jorim”, la raíz de loto guisada al estilo coreano. Los ingredientes necesarios son: 400 gramos de raíz de loto, una cuchara de vinagre, 40 mililitros de salsa de soja, tres cucharas de azúcar y un poco de semillas de sésamo.

Primero, lavamos con agua la raíz y la pelamos con un pelador de verduras. Luego, cortamos en rodajas de unos 1,5 centímetros de grosor. En una olla, ponemos tres vasos de agua a fuego alto y cuando comienza a hervir, añadimos el vinagre y las rodajas de raíz para escaldarlas unos tres minutos. Luego, lavamos la raíz con agua fría y escurrimos el líquido.

Ahora, en otra olla, agregamos la cantidad de salsa de soja y azúcar que preparamos junto con 20 mililitros de agua y las rodajas de raíz cocidas. Lo dejamos hervir durante 10 minutos a fuego alto, y luego, otros 20 minutos más a fuego medio. Apagamos el fuego, y esparcimos encima unas semillas de sésamo. Lo servimos en un plato y… ¡a disfrutar!