Milagro (기적)

‘Milagro’ es una película que ofrece de todo un poco al público, desde una entrañable historia sobre el primer amor hasta reflexiones sobre el vínculo familiar e historias de crecimiento personal. Inspirada en cómo nació la primera estación de propiedad privada de Corea en los ochenta, la cinta mezcla realidad y ficción en al argumento, desarrollando la trama en torno a un personaje ficticio para aderezar esa historia real: un estudiante de bachillerato que inicia su propia campaña para contar con una estación ferroviaria en su pueblo, aún contra el escepticismo de su padre maquinista. 

La historia gira en torno a Jungyeong, un estudiante de bachillerato que desea una estación de tren en su pueblo. Es que debido a la escasa infrastructura vial y de transporte público, él y la gente de su pueblo tienen que hacer viajes peligrosos para salir a la ciudad siguiendo a pie sobre los raíles para llegar a la estación más cercana. Sin embargo, dado el horario impredecible de los trenes, esos viajes a veces terminan en tragedia. Considerando esta incomodidad, Jungyeong inicia una campaña propia y envía 54 cartas a la Oficina Presidencial, para que las autoridades competentes le hagan caso y decidan instalar una parada de trenes en su pueblo, aún contra su padre que es maquinista y por ende sabe bien que la empresa pública de ferrocarriles no aceptará la propuesta de su hijo por diversas razones. La única aliada de Jungyeong es Rahee, que le ayuda a escribir las cartas al presidente y que incluso le anima a participar en concursos televisivos de conocimientos académicos u olimpiadas presidenciales de matemáticas para que adquiera cierta fama y pueda dar a conocer más efectiva y ampliamente la situación de su pueblo. Así, continúan los esfuerzos de Jungyeong para tener una estación ferroviaria en la zona donde vive. ¿Podrán esos esfuerzos dar frutos? 

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Rostros del cine coreano: Ryu Seung Wan

En 2000, el cine coreano fue testigo de la aparición de un nuevo director con un talento innato y sobre todo crudo en una película totalmente novedosa. La producción en cuestión fue ‘Die Bad (죽거나 혹은 나쁘거나), la ópera prima de Ryu Seung Wan, que por dicha producción logró el Dragón Azul al Director relvación del año en los premios Cheongryeong en 2000. 

Así debutó Ryu Seung Wan como director y desde entonces trabajó sin cesar. Su fuerte, definitivamente es la acción, pues muchos críticos coinciden que sus mejores obras son las de dicho género, además de elogiar incluso las escenas de acción en sus películas que son más de drama. Dicho esto, la cinta en la que brillan especialmente el talento e ingenio de Ryu Seung Wan, así como su instinto casi animal para el cine B, es ‘Ciudad de la violencia (짝패)’, un estrenos de 2006, que es una de las películas de acción más crudas y estimulantes del cine coreano. 

Hay quienes critican que con los años Ryu Seung Wan perdió esa crudeza, osadía y espíritu aventurero que le caracterizaron en la etapa inicial de su carrera como director. En parte tienen razón. Sin embargo, también es cierto que su filmografía muestra un proceso ideal de evolución y maduración de un cineasta, que a medida que va creciendo como persona, tanto su visión como su filosofía como realizador cinematográfico se amplían y se profundizan. Y esto se nota en obras como ‘Berlín (베를린)’ y ‘Lo injusto (부당거래)’, aunque en ‘Gunhamdo (La isla buque de guerra, 군함도)’ su seriedad fue excesiva a tal punto de recibir la crítica de que la película rozaba el límite del ultranacionalismo.