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Nanta es un espectáculo mímico surcoreano de gran popularidad a nivel mundial y Son Seung Hwan es la primera persona que viene a la mente cuando se habla de esta divertidísima comedia musical, que se representa sin diálogos ni palabras, y que ha sido vista por más de 14 millones de personas en los últimos 25 años. Además, se ha llevado a escena en 59 países del mundo, comenzando por Edimburgo, Reino Unido en 1999 y por Broadway, Estados Unidos en 2003. 

Song debutó como actor infantil de doblaje a la edad de 8 de años en 1965, y desde entonces participó en varias producciones de películas cinematográficas, series de televisión y obras de teatro. También fue presentador de programas de televisión para adolescentes hasta que, en 1985, cuando se encontraba en la cima de la popularidad de su profesión, decidió dejarlo todo y se fue a Nueva York, Estados Unidos, para estudiar y vivir nuevas experiencias. En la gran manzana pudo conocer y apreciar de primera mano las obras de teatro y los musicales de Broadway.

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Al volver a Corea regresó al mundo del entretenimiento y comenzó a ganar reconocimiento como planificador y director de espectáculos. La idea del productor Song era llevar al escenario un elemento cultural propio del país que al mismo tiempo pudiera superar las barreras del idioma. Así fue como en 1997 creó Nanta, una comedia musical que incluye ingredientes del género folclórico musical samulnori y otras experiencias culinarias que combinan música y humor en la cocina.  

Uno de los momentos que más recuerda este director coreano fue el día en que Nanta llegó a los escenarios de Broadway en 2003, marcando un hito en la historia de los espectáculos del país, al ser el primer musical coreano en debutar y mantenerse durante un largo periodo en “la meca de los teatros y los musicales del mundo”. De esta manera, Son Seung Hwan se ha convertido en un emisario de la cultura coreana y un productor artístico de renombre mundial.

Su experiencia y conocimiento le llevó a ser designado como director artístico de las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018. Sin embargo, en su carrera profesional no todo fueron luces, pues tras la cita olímpica su vista comenzó a deteriorarse por una degeneración macular y alteraciones en la retina, y confiesa que ahora es incapaz de ver objetos a más de 30 centímetros de distancia.

En una reciente entrevista Song, de 65 años de edad, dijo que tenía intención de seguir actuando y dirigiendo obras. Hoy día interpreta el papel de un padre en un drama de KBS llamado “Los tres hermanos valientes”, y en 2023 dará vida a Saliera, en la obra teatral “Amadeus”. En agosto, planea producir una obra teatral no verbal titulada “Mudang”, que significa chamana. 

Finalmente, expresó que su mayor preocupación no era quedarse sin dinero, sino sin proyectos, pero dijo sentirse muy tranquilo y reconfortado pues su agenda para el próximo año estaba completa. Así, lo único que necesitaría para estar más alegre es que la función musical “Nanta” se recupere del impacto del coronavirus.