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Ubicada en lo alto del monte Namsan, en pleno corazón de Seúl, la torre N Seoul Tower, conocida por todos como la Torre Namsan, es una torre de comunicaciones y un observatorio panorámico. Abierta al público en 1980, la torre se ha convertido en uno de los símbolos más representativos de Seúl. Tiene 236 metros de altura, pero como se encuentra en la cima del monte Namsan, se encuentra a 480 metros sobre el nivel del mar. Como es de esperarse, la vista que se puede obtener de Seúl desde la torre Namsan es realmente espectacular. Hay que pagar una entrada para acceder a la altura panorámica de la torre, donde se encuentra un restaurante giratorio que completa la rotación cada 48 minutos, además de tiendas de regalos y otros restaurantes. Sin embargo, no es necesario subir hasta la parte superior de la torre para contemplar la ciudad. En los días claros, aún desde de la base de la torre, la visión alcanza hasta las montañas que marcan los límites de la ciudad en la lejanía. De noche, la torre de ilumina de colores y, aprovechando los avances de la tecnología LED, proporciona a los visitantes una rica experiencia digital, cultural y artística. Pero aún sin este espectáculo, la vista nocturna de Seúl que se puede obtener desde la base de la torre Namsan es realmente inigualable por lo mágica y romántica. 

Muchos visitantes toman el telesférico para llegar hasta la cima del monte Namsan, pero se puede acceder desde varios puntos de la ciudad a través de autobuses. Por supuesto, también se puede llegar andando y, en mi opinión, esta es la mejor manera de conocer el parque circundante y la naturaleza, que se caracteriza por cambiar dramáticamente de colores y aspecto en cada una de las estaciones. Mi recomendación es empezar el recorrido en la estación Myeongdong, subir por la calle que lleva al Centro de Animación de Seúl para entrar al Namsan Dullegil, que es el sendero que, como lo dice su nombre, circunvala el monte Namsan. Sin ser demasiado difícil de subir, es un camino que se disfruta en compañía de la naturaleza y el aire puro, al mismo tiempo que permite conocer otros puntos culturales e históricos de importancia de la zona, como el Teatro Nacional, el santuario Wangnyongmyo왕룡묘, donde se venera a Dangun, o el Centro Nacional de Arquería, que creó el rey Injo de la dinastía Joseon.

Más de 8 millones y medio de personas de todas las edades visitan la torre N y el monte Namsan al año. Las parejas de enamorados suben para añadir un candado en la valla de la torre. Allí se juran amor eterno, escriben un mensaje, aseguran el candado a la valle y arrojan muy lejos la llave para que el candado no pueda ser abierto jamás. También hay una fuente de los deseos, donde los visitantes arrojan monedas al mismo tiempo que formulan un deseo. Las monedas que se recolectan se utilizan luego para donar escuelas en zonas subdesarrolladas del Sudeste Asiático. Los niños también tienen grandes atracciones en este lugar, ya que en la torre se encuentra el Museo de Ositos de Peluche y también un teatro para niños. Por último, baste recordar que en la base de la torre N se levanta el hito que marca el kilómetro 0 de Corea, es decir, el punto desde donde parten todas las mediciones de kilometraje del país. De noche o de día, andando o a bordo del telesférico, el monte Namsan y la torre N es uno de los destinos de la capital coreana que no se puede dejar de conocer por nada del mundo.