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Se denomina turismo negro o tanatoturismo a esa modalidad turística sobre sitios asociados con la muerte y la tragedia. Y Gwangju, si bien no tiene tanta fama de destino de turismo negro como Auschwitz en Polonia, Hiroshima en Japón, Chernóbil en Ucrania o Ground Zero en Nueva York, es una ciudad que vale la pena visitar para rememorar uno de los hechos más trágicos y atroces de la historia contemporánea de Corea. 

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La historia de Corea recuerda a Gwangju como el lugar donde surgió el Movimiento Democrático 18 de Mayo, una serie de protestas y lucha de resistencia desplegada por los ciudadanos de Gwangju en mayo de 1980 contra el golpe de Estado de 12 de diciembre de 1979, perpetrado por quienes intentaban instaurar un Gobierno militar. Esas protestas fueron brutalmente reprimidas por el Ejécito, que incluso bloqueó la ciudad para aislar a Gwangju e impedir la cobertura de lo que allí sucedía: una gran masacre de civiles, manifestantes o no, que salpicó hasta niños y mujeres embarazadas. Pero como después del 18 de Mayo tomó el poder Chun Doo Hwan, quien lideró el golpe de Estado de 1979 para imponer una dictadura militar, ese capítulo de la historia pareció quedar en el olvido y los ciudadanos ni siquiera se atrevían a mencionarlo por miedo a ser objeto de persecución política. Ese ambiente se transformó en décadas posteriores con el cambio de Gobierno y la democratización de Corea, y recientemente ha surgido una nueva tendencia de viajar a Gwangju para recorrer aquellos sitios relacionados con el 18 de Mayo. Los lugares considerados como núcleo del turismo negro por Gwangju son el Parque de la Libertad 18 de Mayo y el Parque Memorial del 18 de Mayo. El Parque de la Libertad permite conocer mediante vívidas imágenes y vídeos los hechos de hace 43 años, y también la historia de Jurgen Hinzpeter, un periodista alemán que -pese al bloqueo de la ciudad por parte del Ejército coreano- consiguió llegar a Gwangju en mayo de 1980 y dar a conocer al mundo la masacre que allí tenía lugar. El Parque Memorial del 18 de Mayo, en tanto, es principalmente un espacio que rinde homenaje a quienes lucharon contra el golpe de Estado y la dictadura militar, y a las víctimas de la masacre de Gwangju.

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Otro lugar de interés es el edificio que fuera sede del Gobierno Provincial de Jeolla del Sur, que en 1980 quedó como el último eslabón de resistencia de los manifestantes contra el Ejército represor. Ahora forma parte del Centro Cultural Asiático y es preservado como un vivo documento de la lucha ciudadana que allí tuvo lugar. En el Centro Cultural Asiático organizan diversas actividades culturales, principalmente en mayo. Por tanto, antes de visitar la exsede del Gobierno Provincial, se recomienda comprobar su página web para obtener información y aprovechar para disfrutar de algún concierto o exposición. La dirección web es acc.go.kr

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Para quienes deseen hacer turismo de duelo en Gwangju también es visita obligada el edificio Jeonil, rebautizado como Jeonil Building 245. Este lugar es importante pues algunas de sus paredes conservan vestigios de la brutal represión militar contra los manifestantes en mayo de 1980: como rastros de disparos que, mediante análisis posteriores, dejaron al descubierto que fueron realizados desde un helicóptero. Tras una ardua remodelación, que por cierto dejó casi intacto su exterior y fachada, el edificio sirve como espacio cultural para los ciudadanos. Las zonas más destacadas son las plantas 9 y 10, un rincón en memoria del Movimiento Democrático 18 de Mayo, y el parque de la azotea, que ofrece una vista panorámica de dos de los emblemas más representativos de Gwangju: el edificio principal de la Universidad Chosun y el monte Mudeungsan.