El precio de los apartamentos en Seúl mostró en la tercera semana de junio el mayor aumento en un año y medio, pese a las políticas impuestas por el Gobierno para frenar la burbuja inmobiliaria, que según analistas está casi al mismo nivel que en la crisis cambiaria de 1997, una de las peores crisis económicas de Corea del Sur. 

Al respecto, el Banco de Corea analiza en su informe del primer semestre sobre estabilidad financiera, que los precios de la vivienda han subido en términos absolutos y relativos. Explica que tras la pandemia del COVID-19, el valor de la vivienda frente a los ingreso también ha aumentado en otros países, pero en Corea la carga financiera derivada de la vivienda se agravó más que en otros países de la OCDE. Además, contrariamente a los precios de la vivienda, que siguen dubiendo, los ingresos de los hogares no mejoran. 

En particular, destaca el encarecimiento de la vivienda en Seúl, que considera sobrevalorada en base al ratio precio-ingreso, cuyo aumento en la capital surcoreana supera en gran medida al promedio de los últimos diez años. 

En este contexto, el banco central advierte que si la economía surcoreana sufriera un impacto interno o procedente del exterior, la burbuja inmobiliaria podría explotar, desplomando el precio de la vivienda. Agrega que el precio de las propiedades, inmuebles incluidos, presenta un nivel similar al registrado durante la crisis cambiaria de 1997 y ligeramente inferior al de la crisis financiera global de 2008, dando a entender que las políticas monetarias expansivas y la subsiguiente inyección de liquidez al mercado han inflado aún más la burbuja.