Con motivo del vigésimo aniversario de la fundación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el presidente Moon Jae In abogó el jueves 25 por establecer un nuevo marco normativo para velar por los derechos fundamentales de las personas, ante los constantes cambios sociales.
En esta línea, el mandatario recordó el intento frustrado hace dos décadas de activar una ley básica sobre derechos humanos o para frenar la discriminación, enfatizando como indispensable acometer dicha tarea y más ante las limitaciones del actual reglamento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Su declaración sorprende pues podría dar a entender que el presidente defiende la necesidad de promulgar la ley antidiscriminación actualmente en debate en la sociedad surcoreana, pese a ser considerada polémica y haber generado un fuerte rechazo entre organizaciones civiles, sobre todo entre entidades religiosas.
Sobre el papel de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Moon afirmó que corresponde a este organismo realizar críticas sobre las políticas del Estado y exigir alternativas, de ahí que el Gobierno garantizará en todo momento su independencia. Agregó que la libertad y la igualdad que la gente disfruta hoy día fueron posibles gracias al sacrificio de todos los que lucharon por arraigar esos valores, y advirtió que cualquiera puede ver arrebatados sus derechos y su dignidad, si no se defienden conscientemente.
Como algunos de los logros de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el mandatario destacó la promulgación en 2007 de la Ley Anti-discriminación por Discapacidad, la supresión de cárceles militares, la Ley especial de Compensación y Reivindicación del honor para las Víctimas del programa de reeducación Samcheong y de las política de marginación de leprosos, y el sistema de responsabilidad estatal sobre pacientes con demencia, entre otros.