El Gobierno surcoreano realizará un estudio de seguimiento sobre COVID de larga duración, que consistirá en vigilar durante tres años a diez mil personas que sufren de síntomas prolongados tras la infección inicial.
El estudio comenzará a fines de agosto y se centrará en analizar los efectos secundarios del COVID-19, las secuelas detectadas con base en Big Data y la evolución de los síntomas. El cohorte incluirá no solo adultos, sino también a niños.
Según las autoridades sanitarias de Corea y la Organización Mundial de la Salud, se define como COVID de larga duración cuando una persona sufre de síntomas que no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo y duran al menos dos meses desde que empezó a tener síntomas persistentes dentro de las trece semanas posteriores a la infección inicial de coronavirus. Los síntomas más reportados son dolor de cabeza, fatiga, aturdimiento, dificultad para respirar, pérdida del cabello, depresión, ansiedad, palpitaciones, alteraciones en el ciclo menstrual y dolores musculares.