Debido a las torrenciales lluvias registradas en Seúl, sus alrededores y la zona centro desde el lunes, al menos siete personas murieron, nueve sufrieron lesiones y seis permanecen desaparecidas.
Algunos de los fallecidos son dos ciudadanos mayores de cuarenta años y un niño de trece, que se quedaron encerrados en el semi-sótano de un edificio en el distrito seulita de Gwanak, y un empleado público local de 63 años que estaba retirando las ramas destruidas de los árboles sembrados en la calle. Además, otra persona fue hallada muerta en Gwangju, provincia de Gyeonggi, debajo de los escombros de una parada de autobús.
Paralelamente a las pérdidas humanas, son graves también los daños materiales. Solo en Seúl, Incheon, Gangwon y Gyeonggi fueron inundados 741 edificios comerciales y viviendas, mientras que revestimientos de paredes cayeron en tres lugares y hubo corrimientos de tierra en cinco puntos de la capital y zonas periféricas.
Se estima que los daños materiales irán aumentando, dado el creciente volumen de casos reportados a las autoridades de inundaciones y coches malogrados por la lluvia.