El Sindicato de Transportistas de Carga entró en huelga general a las 00:00 del jueves 24, exigiendo institucionalizar el sistema de fletes mínimos y ampliar la lista de mercancías incluidas. 

En este contexto, ahora preocupa que la huelga interfiera en el suministro de bienes y genere graves perjuicios en sectores como automotriz, siderurgia o construcción. 

El primer día de la huelga, el tráfico de contenedores de carga en los principales puertos se redujo al 60% de lo habitual. Según el Ministerio de Territorio, Transporte e Infraestructuras, la actividad en los 12 principales puertos del país entre las 10 de la mañana y las 5 de la tarde del jueves 24 bajó de de 36.655 TEUs, el nivel habitual, a 14.695 TEUs.

Pese a todo, el Gobierno asegura que por el momento no hay desabastecimientos graves pues los principales cargadores y empresas de transporte ordenaron pedidos con antelación, para anticiparse a la huelga. 

No obstante, las empresas siguen en alerta máxima. La industria del cemento fue la primera en recibir un impacto directo, al igual que en la huelga del pasado mes de junio. En las fábricas de todo el país los remolques de cemento a granel (BCT) detuvieron su operativa, paralizando los envíos de dicho material.