El Ministerio de Defensa estima que Corea del Norte admitió sin demoras el fracaso en el lanzamiento del satélite militar, considerando la capacidad de análisis de las autoridades de inteligencia de Seúl y Washington, que tarde o temprano confirmarían la fallida misión. 

El régimen confirmó que el ensayo había fracasado tan solo dos horas y treinta minutos después del lanzamiento el 31 de mayo, en claro contraste con el lanzamiento del "Kwangmyongsong-3" en abril de 2012, cuando anunció el fallo cinco horas después.

Según explicó el Ministerio de Defensa, Pyongyang pensaba usar el reciente lanzamiento como propaganda al conseguir uno de los mayores logros de su politíca de defensa, principalmente basada en desarrollar armas estratégicas y potenciar el espionaje militar, de cara a la 8ª Reunión Plenaria del Comité Central del Partido de los Trabajadores, a celebrarse en junio. 

La cartera afirmó que hallaron restos del proyectil norcoreano cerca de la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Corea del Sur, mientras continúan con las tareas de búsqueda y recuperación de fragmentos del cohete.