La llegada de la pandemia contrajo la demanda de taxis y ahora se ha convertido en un problema, sobre todo en Seúl, pues muchos taxistas se vieron obligados a cambiar de oficio y a trabajar como riders o repartidores de paquetería. Pero al desaparecer las restricciones de horario y de aforo impuestas durante más de dos años, y reactivarse el ocio y la actividad comercial, el Gobierno ha decidido adoptar medidas urgentes para paliar la escasez de oferta. 

En primer lugar, subirán el recargo nocturno de los actuales 3.000 wones a 4.000 wones por trayecto, e incluso hasta 5.000 wones si se solicita el taxi desde alguna plataforma móvil. Ante las críticas de que el aumento solo beneficiará a las apps de taxis, las autoridades explican que implementarán los mecanismos necesarios para asegurar que el recargo nocturno llegue a los taxistas y no a las plataformas. 

También suprimirán el sistema de descanso obligatorio para taxistas autónomos, vigente desde hace cincuenta años, al tiempo de flexibilizar los requisitos de contratación de conductores a empresas transportistas. Esto permitirá emitir licencias provisionales de taxista tras un proceso simplificado, que incluirá verificación de datos personales y de historial criminal.  

Además, darán luz vede a los servicios de movilidad compartida, como Tada y Uber, antes fueron vetados por el fuerte rechazo del sector de taxis convencionales y la ausencia de un marco regulatorio apropiado. La medida llega tras la reforma de la Ley de Taxis, aprobada por el Parlamento en 2021, que permite a operadores como los mencionados ofrecer servicios de movilidad sin licencia de taxi, siempre que realicen una aportación social equivalente al 5% de sus ventas y respeten el límite regional de oferta máxima de taxis.