Los graves y diversos problemas que obstruyen la actividad empresarial, como la inflación, la crisis de suministros o la reciente falta de liquidez en el mercado financiero de Corea, complican la actividad comercial.

En consecuencia, muchos conglomerados han creado sistemas propios de gestión urgente, además de reajustar sus planes de inversión. 

En este contexto, por ejemplo LG Electrónica dio a conocer que en noviembre activará un equipo de emergencia para anticiparse a posibles inconvenientes que podrían darse simultáneamente, como el encarecimiento de materias primas y un posible descenso de la demanda internacional. 

En esta misma línea también está actuando el Grupo SK. No en vano, Chey Tae Won, su presidente, urgió a los miembros de la junta directiva a no dejarse abatir por la compleja coyuntura económica actual, y a prepararse para aprovechar las oportunidades de progreso para después de la crisis. 

Pero el nerviosismo se deja sentir entre las empresas surcoreanas por los diversos factores de incertidumbre que imperan a nivel nacional e internacional, como son la inflación, el fortalecimiento del dólar, la subida del precio de las materias primas o el descenso de demanda internacional, entre otros.

Además, a este panorama tan sombrío y poco alentador se suma otro problema: la contracción del mercado financiero nacional (concretamente del mercado de bonos) y la falta de liquidez por la bancarrota del parque de atracciones Legoland, ante el incumplimiento de las garantías ofrecidas por el Gobierno Provincial de Gangwon para financiar su construcción. Sin duda, una inesperada variable que obligará a muchas empresas a apretarse el cinturón, e incluso a anular sus inversiones en gran medida.