El polvo asiático empezó a llegar desde Mongolia a la península coreana la semana pasada, impulsado por vientos del noroeste y atravesando China. 

Por influencia de ese fenómeno, la calidad del aire en Corea del Sur empezó a empeorar notablemente de madrugada en la isla Baengnyeong, al extremo noroccidental del Mar del Este, y en la mañana del lunes 29 el polvo asiático procedente de Mongolia se expandió por todo el país. 

La densidad de partículas PM10 subió en la localidad de Seocheongju, al centro-oeste de Corea, hasta 975 microgramos por metro cúbico, superando unas veinte veces el nivel habitual, mientras que en Seúl, la zona capitalina y la costa oeste, oscilan entre 500 y 600 microgramos por metro cúbico, unas diez veces más de lo ordinario. 

Ante estas condiciones, activaron la alerta por polvo asiático en todo el territorio nacional, excepto al centro-norte de la provincia de Gangwon y en la isla de Jeju. 

Es la primera vez en seis años que esa alerta es activada en regiones al interior del país y la primera vez desde que implementaron el sistema integral de previsión medioambiental. 

Pero lo más preocupante es la cantidad de partículas PM2,5 del polvo asiático, actualmente en nivel 'muy malo', pues contiene una elevada dosis de metales pesados, como plomo.