Corea del Norte llevó a cabo el 3 de septiembre su sexto ensayo nuclear, desafiando a la comunidad internacional, que trató por todos los medios posibles convencer a ese país para que no realice más actividades de ese tipo.
La noticia del nuevo ensayo nuclear norcoreano se divulgó poco después de que la Administración de Meteorología de Corea del Sur detectara sobre las 12:29 de la tarde del domingo 3 unos temblores de magnitud 5,7 en los alrededores de Punggye-ri, localidad en la que el régimen de Pyongyang opera un centro de desarrollo nuclear. Y a las 3:30, las autoridades norcoreanas dieron a conocer que probaron con éxito una bomba de hidrógeno para ser instalada en misiles intercontinentales. La Televisión Central de Corea del Norte, por su parte, anunció que la ejecución del ensayo con bomba H fue decidida el mismo día de la prueba por la mañana, durante la reunión del comité permanente de la Oficina Política del Partido de los Trabajadores, la cual encabezó Kim Jong Un.
El ensayo nuclear del 3 de septiembre fue el sexto realizado por Corea del Norte y el cuarto desde la inauguración del Gobierno de Kim Jong Un. La prueba tuvo una magnitud de 5,7 y, según las autoridades surcoreanas, fue 11,8 veces más potente que el cuarto ensayo del 6 de enero de 2016, sobre el que Pyongyang alegó haber detonado con éxito por primera vez una bomba de hidrógeno alcanzando una magnitud de 4,9 y una potencia de entre 6 y 7 kilotones; y entre 5 y 6 veces más potente que el quinto, efectuado pasados solamente ocho meses desde el cuarto, de una magnitud de 5,04 y una potencia de 10 kilotones.
Ante la nueva prueba atómica de Corea del Norte, como es obvio, la comunidad internacional muestra una profunda inquietud. Y en este contexto de seria preocupación, Corea del Sur, Estados Unidos y Japón convocaron con carácter de urgencia reuniones sobre seguridad regional, mientras que países de Europa Oriental y naciones consideradas aliados tradicionales de Corea del Norte, como China y Rusia, empezaron incluso a criticar al régimen de Kim Jong Un. Corea del Sur también ostentó su fuerza militar frente a Corea del Norte, con ejercicios de artillería con misiles balísticos y de largo alcance; al tiempo que Estados Unidos advirtió que si bien no desea el colapso de Corea del Norte, tiene a su alcance todas las opciones para provocarlo, incluyendo la de proceder a una intervención militar.
A nivel internacional, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está en marcha un debate sobre una nueva resolución contra Corea del Norte, que abarcaría sanciones más duras. Es más, un primer borrador redactado por Estados Unidos ya fue entregado a los miembros de dicho organismo de la ONU, con propuestas para prohibir completamente las exportaciones de crudo y productos petroleros a Corea del Norte, así como para bloquear los envíos y la contratación de trabajadores norcoreanos en el exterior.