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El Gobierno de Corea del Sur decidió enviar 50.000 toneladas de arroz a Corea del Norte tras hablar con el Programa Mundial de Alimentos. Así, Seúl ofrecerá ayuda alimentaria a ese país mediante un organismo internacional por primera vez en nueve años, pues el último envío data de 2010.

La asistencia requerirá un presupuesto de 127.000 millones de dólares, considerando el precio del arroz de origen surcoreano y el transporte a Corea del Norte se hará por vía marítima. De los procedimientos de traslado y distribución se encargará el Programa Mundial de Alimentos, una vez las autoridades surcoreanas entreguen los alimentos a esa agencia de Naciones Unidas. El ministro de Reunificación, Kim Yeon Chul, comentó que por lo general enviar por barco un cargamento de 50.000 toneladas demora unos dos meses desde la salida, pero esta vez acelerarán los trámites para que los norcoreanos puedan tener el arroz antes de septiembre, cuando empeora más la situación alimentaria en dicho país.

En cuanto al volumen de la ayuda, el Gobierno dijo haberla calculado en base a los fondos disponibles y a otras asistencias ofrecidas en el pasado, considerando también el nivel de oferta-demanda en el mercado nacional del arroz y la cantidad de alimentos que hace falta en Corea del Norte. Para ello, prestó especial atención al informe de mayo del Programa Mundial de Alimentos y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, documento que detalla que Corea del Norte atraviesa la peor carencia alimentaria en diez años y que solo este año precisará más de 1,3 millones de toneladas de alimentos.

La intención prioritaria del Gobierno surcoreano al enviar arroz a Corea del Norte es ayudar a los habitantes de ese país a superar tal carencia. Pero, con este gesto de solidaridad busca además mejorar el ambiente para impulsar las estancadas negociaciones nucleares, así como reactivar el diálogo y los intercambios intercoreanos. Obviamente, hubiera podido entregar la asistencia directamente a Corea del Norte, pero consideró que sería mejor hacerlo a través de un organismo de la ONU para la transparencia en el reparto y el seguimiento de la ayuda alimentaria, mientras el panorama regional continúa delicado y siguen vigentes las sanciones internacionales contra Corea del Norte.