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El presidente Moon Jae In declaró el día 19 que si la Administración Trump pide incluir los proyectos intercoreanos en el paquete de compensaciones a ofrecer a Corea del Norte a cambio de la desnuclearización, lo aceptaría. Así manifestó que Corea de Sur está dispuesto a cumplir el papel que le corresponde, si Estados Unidos recurre al Gobierno de Seúl a la hora de entregar tales compesaciones al régimen de Pyongyang.

Esta declaración refleja la voluntad del mandatario surcoreano de ayudar a Washington con la carga de otorgar compensaciones económico-comerciales a Corea del Norte como medida para impulsar el desarme nuclear, incluyendo la relajación de las sanciones internacionales. En concreto, Corea del Sur aliviaría esa carga con proyectos que prometen mejoras sustanciales en el Norte, como la reconexión ferroviaria y vial, así como con iniciativas de cooperación económica intercoreana.

En realidad, esta propuesta de Moon Jae In supone un cambio de paradigma en la aproximación a los asuntos de la península coreana, en el sentido de que cambia el concepto de la cooperación económica intercoreana, que hasta ahora ha sido considerada un “premio” para Pyongyang por las acciones tomadas para la desnuclearización y el “resultado” de la subsiguiente flexibilización de sanciones. Pues lo que sugiere el presidente surcoreano es hacer que la cooperación económica sea en vez de “resultado”, una “herramienta” para facilitar el otorgamiento de compensaciones a cambio de las tareas de desnuclearización.

A partir de esta propuesta, lo que puede hacer Estados Unidos es permitir el desarrollo de los proyectos de cooperación intercoreana como compensación a Corea del Norte, y esperar que ese país adopte medidas más decisivas hacia el desarme nuclear para entonces entregarle otras recompensas. Asimismo es una propuesta atractiva para Kim Jong Un, que tiene como cometido prioritario impulsar la reconstrucción económica de su país.

La reacción de Trump al ofrecimiento de su homólogo surcoreano es de momento bastante positiva, ya que le proporciona más cartas para jugar. Sin embargo, también existe cierta preocupación por lo precipitado que puede ser dar a Corea del Norte un marco para obtener beneficios económicos directos, como son los proyectos de cooperación intercoreana, cuando en realidad no ha adoptado medidas contundentes de desnuclearización; y por cómo en este proceso Corea del Sur puede salir perdiendo, y debilitar tanto su voz como su influencia.