Lim Hyo Jun, campeón de la reciente prueba masculina de los 1500 metros de patinaje en pista corta, ha demostrado que la voluntad puede ante todo. Durante sus 14 años de trayectoria deportiva fue sometido a siete intervenciones quirúrgicas y subsiguientes tratamientos de rehabilitación, lo cual requirió de un esfuerzo hérculeo por parte de este patinador. Con razón dicen, al hablar de este deportista, que sufrió en su sola persona la experiencia dolorosa de unos diez.
Comenzó a patinar cuando estaba en el segundo grado de la escuela primaria y a los dos años de haberse iniciado ya era considerado como un patinador prometedor. Sin embargo, desde entonces empezaron a torturarle incesantes lesiones en el tobillo, en la canilla derecha, en la cintura, en las muñecas... Parecía como que el destino le fuera pusiendo obstáculos en su carrera para que finalmente la abandonara del todo. Por si fuera poco, Lim padece seriamente de pies planos, por lo cual debe usar patines especialmente diseñados y hechos en EE.UU.
En fin, tras incesantes y muy dolorosas viscisitudes, este joven deportista logró en abril de 2017 integrarse a la selección nacional de patinaje en pista corta, clasificándose en el primer puesto. Al haber entrado a competir más tarde que sus colegas de la misma edad, Lim se entrenó aún más intensamente para hacer un buen desempeño en los presentes JJ.OO. de PyeongChang 2018.
Tal como dijo este patinador en una entrevista concedida tras obtener la medalla de oro, el pasado día 10, en lo primero que pensó fue en que había logrado parte de su sueño. Su meta habían sido los JJ.OO. de PyeongChang y ello le bastó para trabajar duro y dar lo mejor de sí.
Naturalmente, este es solo el comienzo, ya que tras esta primera presea de oro aún le queda por competir en las pruebas de los 500 metros y 1000 metros en pista corta, así como los 5000 metros de relevos de la categoría masculina.

(Photo : Yonhap)