‘Lee Sang Hwa suma su cuarta participación olímpica’
2018-02-19

PyeongChang al Día


Lee Sang Hwa, bicampeona olímpica de los 500 metros de patinaje de velocidad, se ha colgado una medalla de plata en el marco de los JJ.OO. de PyeongChang 2018.
El 18 de febrero (hora de Corea), Lee compitió en la carrera final de los 500 metros femenina obteniendo finalmente su tercera medalla olímpica. Con este reciente logro, esta surcoreana se convierte en la primera patinadora asiática en adjudicarse medallas en tres olimpiadas consecutivas, habiendo obtenido dos preseas de oro en los JJ.OO. de Vancouver 2010 y en Sochi 2014, respectivamente.
En realidad, Lee era la favorita de la prueba de los 500 metros de patinaje de velocidad. Pese a una lesión en el muslo derecho, su larga sucesión de logros alcanzados en el escenario internacional confirmaba que era la mejor y la más rápida en esta prueba. Desde el inicio de la carrera final todos predecían que Lee Sang Hwa se llevaría el oro, pues fue la primera en atravesar los primeros 100 metros, en un récord de 10 segundos 20 centésimas, es decir, 0,06 centésimas antes que la japonesa Kodaira Nao. Sin embargo, en la mitad de la carrera la surcoreana sufrió una leve torcedura y tuvo que aminorar la velocidad, lo cual fue aprovechado por Kodaira para aventajarle. Así es como esta última llegó en primer lugar en 36 segundos 94 centésimas, mientras que Lee Sang Hwa hizo lo propio en 37 segundos 33 centésimas.
Apenas cruzó la línea final, esta patinadora no pudo contener sus lágrimas, pero no eran lágrimas de pena sino de alivio y emoción por haber terminado una de sus mayores y más tormentosas metas. Es que según confesó más tarde, los JJ.OO. eran para ella un objetivo anhelado como deportista pero a la vez le generaban una gran presión.
Pero el momento más conmovedor del día fue cuando ella y Kodaira Nao, la japonesa que se adjudicó la presea de oro, se abrazaron cálidamente, felicitándose por sus respectivos logros. Kodaira se acercó a Lee Sang Hwa exclamando en coreano “잘했어!”, que significa “lo hiciste muy bien!” y añadió que siempre la admiró y la seguirá admirando como patinadora. Al respecto, la medallista de plata de Corea del Sur relató que cuando se abrazaron tras finalizar la carrera, ambas se alentaron por haber hecho un magnífico desempeño y reconocieron que tenían mucho que aprender de cada cual.
Esta actitud de amistad y de rivalidad constructiva que demostraron ambas patinadoras es realmente el verdadero espíritu de las olimpíadas y ha sido elogiado calurosamente por los fans y cibernautas.

(Photo : Yonhap)
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