Un 25 de junio de hace exactamente 64 años comenzó la guerra de Corea, que dejó al país totalmente devastado y sumido en escombros. La generación de padres volvió a levantar el país con su sudor y la ayuda de diversos países del mundo. Gracias a ese trabajo y a esa ayuda, Corea se ha convertido en la décimoquinta economía del mundo y en uno de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. De ser un país que recibía ayuda del exterior, se ha convertido en un país capaz de brindar ayuda a otros países.



KOICA, además de ofrecer Asistencia Oficial para el Desarrollo, envía voluntarios a todos los rincones del mundo para transmitir conocimientos, técnicas y experiencias que ayuden a los países en vías de desarrollo a alcanzar un desarrollo sostenido.

Sri Lanka, la perla de Oriente situada al sur de la India, en el Océano Índico, se esfuerza en superar su pasado para dar un salto hacia el futuro, después de poner fin a una larga guerra civil que duró 26 años. Empezando por la Asistencia Oficial para el Desarrollo que ofrece ayuda financiera y material para mejorar la infraestructura del país, KOICA envía voluntarios que comparten sus conocimientos y experiencias con su población.



El terremoto que se produjo en el Océano Índico en 2004 produjo un gigantesco tsunami que azotó todo el Sudeste Asiático, incluyendo a Sri Lanka. KOICA ha creado un Centro de Amistad y Educación en Matara, que fue una de las zonas del país más desvastadas. Matara se encuentra en la costa meridional a 130 km de Colombo. El gobierno de Sri Lanka solicitó ayuda al gobierno coreano y en respuesta a ese pedido se creó en Matara un Centro de Amistad y Educación. En ese lugar los trabajadores voluntarios de KOICA ofrecen cursos gratuitos a la gente de pocos recursos y al mismo tiempo dan a conocer la cultura coreana. Los estudiantes no escatiman esfuerzos para acercarse al Centro a tomar los cursos que se ofrecen en el lugar.

World Friends Korea, los voluntarios de KOICA, están conformados por tres tipos de trabajadores: los Voluntarios Generales, que son personas de diversas edades y preparaciones; los Expertos Seniors, que son personas retiradas con amplia experiencia en su campo; y los Consejeros, que son profesionales retirados con experiencia en desarrollo económico y social.



Este año se creó un grupo nuevo: los Voluntarios de Ensueño, que son jóvenes que acaban de graduarse de bachilleratos técnicos, por lo que la edad media no sobrepasa los dieciocho años. Son jóvenes dispuestos a ofrecer lo mejor de sí, a una edad que desbordan de entusiasmo y buena voluntad. Los Voluntarios de Ensueño son graduados de bachilleratos técnicos, por lo que poseen conocimientos de electricidad, panadería y soldadura. Sin embargo, por no dominar el idioma, ser muy jóvenes y tener poca experiencia, reciben mucha más ayuda de la gente de Sri Lanka de la que ellos dan.

Los trabajadores voluntarios de KOICA nunca se habrían adaptado sin problemas a Sri Lanka, si no hubieran tenido la gente de ese país no hubiera cuidado de ellos como si fueran de la familia. El trabajo voluntario produce un rédito que no se puede medir con cálculos matemáticos, puesto que siempre vuelve multiplicado infinidad de veces. Esta es la magia que tiene el compartir lo que se tiene con los demás. No se trata solamente de transmitir conocimientos sino de intercambiar vivencias y formas de ver el mundo. Para hacer realidad esta magia, en este momento están trabajando alrededor de 1500 voluntarios de KOICA en algún rincón del globo.

PRIMERA PARTE: “EL ARTE DE COMPARTIR”

Segunda parte: “COMPARTIR es CRECER”