En el pansori “La canción de Heungbo”, hay un fragmento en el que Heungbo acude a los graneros del gobierno para obtener un poco de arroz con que alimentar a su familia. Como saben, Heungbo fue echado de la casa con las manos vacías por su codicioso y malvado hermano mayor Nolbo. Lo único que poseían Heungbo y su familia eran los trajes que llevaban puestos, pero tuvieron que venderlos para procurarse el sustento en los primeros días. Para colmo, como Heungbo provenía de una familia noble, no había trabajado nunca en su vida ni poseía ninguna habilidad manual que le permitiera ganar dinero, por lo que su situación y la de los suyos era desesperada. Afortunadamente en los tiempos de Joseon también existía un programa de bienestar que proveía de arroz a los necesitados. El día que decide ir a la oficina gubernamental para solicitar la ayuda, Heungbo trata de vestirse de la manera más decente posible, pero todas sus prendas, desde las medias hasta el sombrero estaban raídas y remendadas. Escuchemos cómo describe este paisaje el pansori:
Fragmento de “La canción de Heungbo” - Voz de Oh Jeong Sook
En el camino a la oficina gubernamental, Heungbo se encuentra con un hombre que le ofrece dinero a cambio de recibir un castigo físico en el organismo policial de entonces. Antiguamente el castigo por cometir un crimen o infringir la ley solía ser el apaleamiento. El castigo era tan duro que la gente enfermaba tras recibir los golpes e incluso llegaba a morirse. Por esta razón, los más ricos y poderosos solían contratar a alguien para que recibiera el castigo en su lugar. Este es el trabajo que le ofrecen a Heungbo y que él acepta muy alegremente. Sin pensar en lo que mal que lo pasaría luego, se pone tan feliz de poder alimentar a su familia que baila de contento. Los antiguos coreanos solían decir que en el mundo no hay sonidos más bellos que los del agua irrigando los campos de arroz y el de los hijos masticando la comida con la boca llena. Como se puede apreciar, hoy como ayer, el momento de mayor orgullo de un padre es cuando logra cumplir con sus deberes de cabeza de familia.
“Una oración por un mundo hermoso” – Composición de Yu Eun Sun y voz de Gang Gwon Soon.
En tiempos inmemoriales existía una práctica funeraria llamada “goryeojang” 고려장. Consistía en abandonar a los progenitores muy ancianos en la montaña para que murieran de inanición, para reducir las bocas que alimentar en tiempos de gran escasez. Si bien no se han conservado documentos históricos que avalen esta costumbre, sí existen algunos cuentos populares sobre el tema. Uno de ellos habla de un hombre que cargaba a su madre anciana a la espalda para abandonarla en un recóndito lugar de la montaña. Dándose cuenta de las intenciones de su hijo, la madre cortaba las ramas de los árboles y las dejaba caer al suelo para que el hijo pudiera encontrar el camino de vuelta en la oscuridad. Al darse cuenta del amor infinito e incondicional que le profesaba su madre, el hombre no pudo cumplir su intención de abandonarla y la llevó de nuevo a su casa, donde la cuidó y alimentó hasta el fin de sus días. Para terminar, les dejo con una canción basada en esta historia.
“El paseo para ver las flores” – Voz de Jang Sa Ik.