En Corea el servicio militar es obligatorio. La división de la península en dos Coreas, que técnicamente siguen en guerra, impone el deber de defender al país a todos los varones coreanos, tal como lo dicta el Artículo 39 de la Constitución. Sin embargo, en los últimos años, las mujeres también están mostrando interés en la vida militar y se han multiplicado los programas de experiencias militares para adolescentes. La inesperada popularidad de las experiencias militares puede atribuirse en parte a varios programas de televisión que tratan sobre el ejército. Son comedias de situación y reality shows que está cambiando la forma de ver la vida militar. Antes la gente pensaba que la vida militar era rígida, autoritaria y extenuante, pero a través de estos programas se muestra el aspecto humano de esta experiencia y la forma en que puede ser un modo de superar los propios límites, construir la personalidad, hacer amigos y ganar en autoconfianza. Últimamente ha aumentado el número de mujeres y de residentes coreanos en el exterior que ingresan voluntariamente al ejército. Estos últimos han superado el número de 1000 en los últimos siete años y hay alrededor de 8500 mujeres en las fuerzas armadas. El 6% del total de oficiales es de sexo femenino y la competencia promedio para ingresar a las academias militares es de 30 hombres por 1 mujer. A través de extenuantes entrenamientos, mejora la resistencia física y aumenta la confianza en uno mismo de los conscriptos. En este proceso, surgen fuertes sentimientos de lealtad y camaradería. La mentalidad de “sálvese quien pueda” no tiene lugar en la vida militar. Todo lo contrario, los soldados se sacrifican voluntariamente por sus compañeros y piensan antes en su prójimo. El pasado 15 de agosto, el día de la emancipación de Corea, 56 estudiantes de la escuela secundaria se reunieron delante del municipio distrital de Seongbuk con el fin de participar en un programa de dos días de experiencias en una base militar de la provincia de Gangwondo. Además de tener experiencias militares, los chicos hicieron montañismo, rafting y recibieron entrenamiento básico de comando. Pero sobre todas las cosas, aprendieron a amar a su patria y se reafirmaron su sentimiento de pertenencia. El servicio militar era considerado como un sufrimiento que se soportaba sin remedio. Sin embargo, hoy en día han mejorado mucho las instalaciones y los soldados pueden disfrutar de una vida militar más confortable, construir una sólida camaradería, poner a prueba los límites personales y superar las debilidades, de modo que el servicio militar ya no es una carga sino una valiosa experiencia en la vida de los conscriptos. Por esta razón, aquellos que no hacen el servicio militar participan voluntariamente en campamentos de experiencias militares, en donde pueden plantearse un desafío personal y aprender los altos valores del servicio a la patria.