Nos encontramos en una función de ópera “Como la luna que fluye sobre el agua”, interpretada el pasado 20 de noviembre en el Centro Cultural Sejong. Sin embargo, la escenografía era muy simple y la música provenía únicamente de un piano. Sobre una mesa estaban esparcidos los libretos, había atriles con partituras y, en medio de la actuación, los actores ojeaban los libretos sin disimulo. La de ese día no fue una función corriente y moliente, sino lo que en el mundo del teatro se conoce como la lectura del libreto, que se hace sobre el escenario, pero sin vestuario, ni escenografía, ni orquesta. El objetivo fue que el público presente evaluara la ópera, que se estrenará próximamente. Una vez que se ha escrito una obra es importante tener una evalución exacta; y la mejor manera de obtenerla es hacer una lectura del libreto de la obra con público. Entonces se puede observar su reacción, e incluso al final se le puede preguntar su parecer. Una lectura de libreto es, pues, una evaluación intermedia, que se hace con los elementos mínimos para saber si la obra funcionará o no. El estreno de una obra demanda una inversión cuantiosa, y si la obra no obtiene el éxito esperado, eso implica grandes pérdidas para todos. Por esta razón, se
hacen estas sesiones abiertas de lectura de libreto, para conocer de antemano la respuesta del público.



Anteriormente, estas lecturas de libretos se hacían a puerta cerrada y sólo frente a especialistas e inversores; pero últimamente son abiertas a los espectadores, pues el público actual tiene un nivel de comprensión muy elevado, y muchos son verdaderos expertos. La última tendencia en interpretación son las charlas sobre temas culturales y artísticos. Antes, los espectáculos eran poco amables con el público masivo, y tenían una actitud un poco elitista, que reservaba su comprensión exclusivamente a aquellos que pudieran entender las obras. Ahora, en cambio, se realizan charlas y talleres para explicar las intenciones de una obra, o para ofrecer las claves para comprenderla mejor. En el taller de trabajo, por su parte, se da a conocer el proceso de producción de la obra. No se muestra la obra entera sino algunas escenas elegidas especialmente para observar las reacciones que provocan en la gente.



Mientras que la lectura del libreto es la evaluación de una obra completa antes de su estreno, un taller de trabajo es la ocasión para conocer la efectividad de una composición o de un estilo de dirección. Este sistema de trabajo es muy importante y también muy útil, porque motiva a los realizadores a probar y descubrir cosas nuevas; puesto que pueden hacer se cosas más atrevidas en las sesiones abiertas de talleres de trabajo, que en las funciones reales. Ya no se trata de consumir de manera pasiva un producto terminado, sino de participar en el proceso en que la obra va tomando forma; así que se puede decir que es una forma de comunicación e interacción con el público.