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Cultura

“Gracias por estar conmigo”, el síndrome del afecto familiar

2014-06-03

La tragedia del Sewol está sacudiendo el sistema de valores de los coreanos desde sus cimientos. La gente se cuestiona si el éxito social y económico lo es todo en esta vida y si en verdad contribuye a la felicidad de los hijos el presionarlos para que estudien y sean algo en la vida.



Pero al tiempo que se hacen estas preguntas, la gente está tornando la mirada hacia la familia, hacia aquello que permanece con nosotros cuando todo lo demás se tambalea. Y este redescubrir el afecto familiar se ha manifestado en los patrones de consumo. Según los datos proporcionados por una cadena de hipermercados, en el mes de mayo -el mes de la familia en Corea- la venta de claveles, que es la flor que se regala a padres y maestros, aumentó un 40% con respecto al año pasado. Por otra parte, los restaurantes registraron un crecimiento del 30% en la clientela familiar y también ha aumentado la venta de productos para el cuidado de la salud de la tercera edad. En especial, ha crecido la demanda de viajes para realizar en familia. En otras palabras, mientras que el consumo en general se ha contraído después de la tragedia del buque Sewol, el consumo relacionado con la salud y el afecto familiar ha crecido sensiblemente. En mundo de la cultura, también se están ofreciendo un mayor número de espectáculos y exposiciones relacionados con el tema de la familia. Hace poco se realizó en la Biblioteca Metropolitana de Seúl una exposición titulada “Cartas de afecto en tres líneas”, que congregó a muchísimas personas deseosas de expresar su cariño por la familia. Y desde el 29 de abril volvió a subir al escenario la obra de teatro “Dongchimi”, que ya ha sido vista por 250.000 personas desde su estreno en 2009. Después de la tragedia del buque Sewol, esta obra está recibiendo aún más atención, pues la sociedad entera parece sufrir un síndrome colectivo de afecto familiar. En la obra, el padre es un funcionario jubilado y debido a una enfermedad que adquirió por su trabajo, tiene problemas de movilidad, por lo que siempre anda malhumorado. Su esposa lo cuida desde hace diez años sin quejarse nunca.



La pareja tiene un hijo y dos hijas ya grandes, pero cuando se encuentran todos, siempre acaban discutiendo. Un día que el matrimonio se dirigía al hospital para realizar un chequeo rutinario del marido, la esposa se tropieza y cae. Es una simple caída pero la esposa queda en estado vegetativo, pues sufría en secreto de cáncer desde hace años. Ante esta situación sin salida, el esposo toma la decisión de autorizar que desconecten el respirador artificial que mantiene con vida a su esposa. Después de poner fin así a los sufrimientos de su mujer, el marido se deja morir lentamente de hambre. Esta obra de teatro llamada “Dongchimi”, que hace pensar en el amor sacrificado de los padres y en el egoísmo de los hijos, se basa en la vida real del poeta Kim Sang Ok, quien se dejó morir de hambre seis días después de que falleciera su mujer, con la que convivió 60 años de su vida.

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