Como todos los miércoles al mediodía, el pasado 30 de julio se realizó una manifestación frente a la Embajada de Japón en Seúl para pedir al gobierno japonés que resuelva la cuestión de las mujeres coreanas que fueron forzadas a ser esclavas sexuales del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Fue la manifestación número 1137. La primera se realizó en 1992 y han continuado de manera interrumpida durante 22 años. Faltan pocos días para el 15 de agosto, que es el día en que Corea recuperó la independencia después de 36 años de ignominiosa dominación japonesa.



Sin embargo, el gobierno japonés sigue negando los hechos y manteniendo una actitud prepotente y desvergonzada sobre el tema. Durante 22 años los reclamos han sido siempre los mismos: que el gobierno japonés reconozca que perpetró la esclavitud sexual, que pida perdón públicamente y que indemnice a las víctimas. Sin embargo, el gobierno japonés ha hecho oídos sordos al tema durante todos estos años. Por esta razón, a pesar de ser ancianas entradas en años que apenas pueden caminar, las víctimas de la esclavitud sexual siguen participando en las manifestaciones. En la pasada manifestación del 30 de julio, a pesar de ser la época en que todo el mundo sale de vacaciones, hubo estudiantes de secundaria y bachillerato que participaron activamente portando pancartas y entonando canciones. Gracias a que las voces de denuncia no se acallaron todos estos años, el apoyo está llegando desde todas partes del mundo.



El primer monumento conmemorando las víctimas de la esclavitud sexual que se levantó fuera de Corea fue en 2010 en Nueva Jersey, EE.UU, y el pasado 6 de agosto se realizó la ceremonia de inauguración del séptimo monumento en ese país. Hace ya siete años que la Cámara de representantes de EE.UU. adoptó una resolución sobre el tema. También lo hicieron la Unión Europea, Canadá, Holanda y otros países del mundo. Por su parte, las Naciones Unidas emite resoluciones y recomendaciones sobre el tema cada año. Como se puede apreciar, la comunidad internacional muestra un gran interés en el tema y urge a Japón que tome las medidas necesarias al respecto. Alrededor de 200.000 mujeres, no sólo de Corea sino de doce países asiáticos, entre ellos Filipinas, China e Indonesia, fueron reclutadas a la fuerza como mujeres de solaz de los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Esta atrocidad se puede verificar a través de infinidad de documentos históricos y todavía quedan muchas víctimas sobrevivientes que pueden dar testimonio de la traumática experiencia. Aun así, el reloj corre en contra de estas víctimas. De las 22 ancianas coreanas que participaban regularmente en las manifestaciones de los miércoles, sólo quedan 2; y de las 237 víctimas registradas en Corea, sólo quedan con vida 54.