¿Quién es el monje budista más famoso de la historia coreana? Hay unos cuantos que iremos conociendo paso a paso, pero hoy, les voy a presentar a Wonhyo del reino de Silla. La época que vivió Wonhyo era cuando Silla atravesaba un momento muy duro, porque estaba en medio de sucesivas guerras con Baekje y Goguryeo.

Wonhyo nació en la actual provincia de Gyeongsang del Norte, al sureste de la península coreana, en el año 617. Según los registros históricos, la familia de Wonhyo pertenecía a la clase alta, concretamente al nivel 6. Durante el reinado de Silla, la sociedad estaba dividida en clases, y según a cuál se perteneciera, se podía ocupar un cierto puesto dentro del Gobierno. Eso marcaba desde el momento en que uno nacía, y se sabía la familia con la que podía contraer matrimonio, e inclusive el color de ropa que podía usar. Aunque hoy este sistema podría parecer sumamente injusto, así era en aquella época. Había 6 niveles y cuando era más alto el número, quería decir que se pertenecía a la clase alta. Por encima del nivel 6 solo estaban los reyes y la familia real. Y Wonhyo nació en una familia muy bien acomodada.

Desde pequeño, era un niño muy talentoso e inteligente. Pero de adulto, decidió convertirse en monje budista, y entonces empezó a estudiar la religión profundamente. Si bien aprendió creencias budistas de otros monjes, estudió por su cuenta la mayor parte de su vida. Pasados los años, decidió irse al Imperio Tang de China, porque el budismo llegó primero a dicho país y por tanto, pensó que allí tenía más cosas que aprender. Al principio, intentó llegar al Imperio Tang a pie, pero para ello tenía que atravesar Goguryeo, que estaba en plena guerra con Silla. Como era de suponer, durante el camino fue arrestado por los soldados de Goguryeo, pero pudo regresar con vida a Silla. De no haber sido un monje, seguramente hubiera sido asesinado.

Pasaron otros 10 años pero su idea de viajar a China para profundizar sus conocimientos del budismo no cambió, así que decidió partir, pero esta vez en barco. Entonces Wonhyo ya tenía más de 40 años. Llegó primero a pie hasta un puerto en la costa oeste de la península coreana para tomar el barco, pero debido a una fuerte tormenta de lluvia, tuvo que esperar hasta el día siguiente para partir. Encontró casualmente una cueva y decidió pasar la noche allí. Estaba muy cansado por el viaje así que se durmió de inmediato. En medio de la noche, se despertó de sed, pero la cueva estaba muy oscura y no veía nada. Justo a su lado, encontró algo como un cuenco con líquido. Pesó que era agua así lo bebió. Al día siguiente, cuando amaneció, se despertó y se dio cuenta de que el cuenco que había encontrado era en realidad el cráneo de un esqueleto, y el agua no era fresca como pensó, sino agua podrida. Sintió ganas de vomitar y en ese momento se dio cuenta de algo… Que las cosas dependían del pensamiento. Es decir, cuando él pensó que el líquido era agua fresca, lo bebió como si nada… y al saber que era agua podrida, sintió ganas de vomitar.

Tras esta lección, decidió renunciar su viaje a China, porque se dio cuenta que no hacía falta ir a estudiar tan lejos, sino que simplemente era un pretexto o deseo personal. Entró a un templo a estudiar más profundamente sobre el budismo, y luego buscó la forma de difundir las lecciones aprendidas. Y así nació el libro escrito por Wonhyo, uno de los más importantes del budismo hasta el día de hoy, no solo en Corea; sino también en China, Japón y muchos países del Asia del Este. Durante su vida, trabajó mucho para consolar al pueblo agotado por las continuas guerras a través del budismo, y también transmitió esa religión oralmente, para que la gente que no sabía leer o le costaba entender las difíciles reflexiones del budismo, pudieran comprenderlas más fácilmente.