El pasado 10 de abril, mientras los pétalos de los cerezos en flor flotaban en el aire, los dulces sones de “Fe en la primavera” de Franz Schubert resonaban en el Centro de las Artes de Seúl. La intérprete era la soprano Im Sun Hae, apodada “la prima donna de Europa”. Ya han pasado 16 años desde el debut de Im Sun Hae. Después de graduarse de la Universidad Nacional de Seúl, fue a estudiar a la Universidad de Karlsruhe de Alemania. Allí fue descubierta por Philippe Herreweghe, maestro de música antigua belga, quien la ayudó a convertirse en la única vocalista asiática especializada en música antigua que actúa en los escenarios más importantes de Europa. Se denomina música antigua a la música de los períodos medieval, renacentista y barroco.

Es una música que se caracteriza por un sonido natural y sereno, en oposición al sonido majestuoso y artificioso de épocas posteriores. Im Sun Hae está considerada como una cantante de voz sumamente cristalina que puede interpretar tanto las partes más líricas como las más elaboradas. Y si bien es conocida por sus facultades al cantar música antigua, en realidad puede interpretar a la perfección todos los géneros de una soprano, desde los más líricos hasta los más coloristas. Incluso tiene gran capacidad actoral y belleza como para interpretar cualquier género.



Por el lugar que ha alcanzado, cabría pensar que Im Sun Hae fue un prodigio del canto desde pequeña. Sin embargo, hasta segundo año de bachillerato no descubrió su talento vocal. La gran oportunidad le llegó cuando estaba estudiando en Alemania y le ofrecieron reemplazar a una vocalista en un concierto que dirigía Philippe Herreweghe, el gran maestro de la música antigua, algo antes de la Navidad de 1999. Cautivado por esa joven soprano asiática que interpretaba como nadie la música antigua europea, Philippe Herreweghe eligió de nuevo a Im Sun Hae para el concierto del nuevo milenio en enero de 2000, llegando incluso a cancelar el contrato previo que tenía con otra soprano. La vida de Im Sun Hae cambió totalmente al recibir el reconocimiento del maestro Herreweghe. No obstante, ella pensó que esa curiosidad por la soprano asiática se desvanecería pronto; pero se dio cuenta de que el público europeo la miraba con otros ojos al interpretar “Don Giovanni” en 2006. El gran director belga Rene Jacobs escribó en sus memorias que Im Sun Hae era una intérprete que no solo dominaba el canto, sino que encarnaba a la perfección los personajes que interpretaba. Por su parte, la compañía discográfica francesa Harmonia Mundi, especializada en música antigua, quiso dejar un registro de la voz cristalina de Im Sun Hae y publicó el primer y único álbum solista dedicado a una vocalista asiática.

En 2002 falleció su padre y ese triste suceso se convirtió en un punto de inflexión en su vida. La hizo más humilde y agradecida, pero principalmente, cambió su forma de acercarse a la música. Al sentir de corazón la felicidad que le proporcionaba la música, decidió organizar los ‘Conciertos para compartir esperanza’, que viene ofreciendo desde 2009. Estos conciertos se convirtieron en una suerte de función de gala itinerante desde 2013. A partir de entonces, los músicos donan su talento y se trasladan allí donde su agenda lo requiere. Si los 15 años pasados han sido como un desafío para su talento, su deseo es que los próximos 15 años sean de expansión y flexibilidad musical, para poder experimentar otros géneros y organizar conciertos innovadores.