El pasado 22 de abril la Orquesta Nacional de Música Tradicional de Corea ofreció su primer concierto del año en el Teatro Nacional de Corea. El título era “Vivir la vida según el orden natural” y el primer tema fue “El mito de Dangun”, la mítica historia del origen del pueblo coreano. El concierto contó con la presencia de dos personas muy especiales: los profesores Donald Womack y Thomas Osborne, quienes enseñan composición y teoría musical en la Universidad de Hawái en Manoa. Durante el concierto se estrenaron dos piezas de música tradicional coreana compuestas por estos profesores. Una fue el concierto de gayageum titulado “Ritmos dispersos” del profesor Donald Womack. La otra una composición orquestal titulada “Un día”, que describe los distintos momentos del día, y pertenece al profesor Thomas Osborne.



Todo comenzó hace ocho años, cuando empezaron a interesarse en esta música. A partir de entonces estudiaron cultura, literatura e historia coreana, y también contemplaron con sus ojos los paisajes del país, mientras conectaban con la manera de sentir de los coreanos. Ahora, han comenzado a comunicarse con la gente del país a través de la música. El primer contacto de ambos con la música tradicional coreana fue a través de la profesora Lee Ji Yeong, de la Universidad Nacional de Seúl, quien fue invitada a ofrecer un taller sobre la cítara gayageum para los estudiantes de composición musical de la Universidad de Hawái. Unos meses después le escribieron para decirle que habían escrito un solo de gayageum y le enviaron la partitura por correo electrónico. El profesor Wormack llevaba mucho tiempo trabajando en la música tradicional de Asia Oriental, pero la típica música coreana gugak añadió una nueva dimensión a sus estudios.

“En la cuerda floja” fue solo el comienzo. El profesor Donald Womack siguió componiendo obras musicales que encierran el espíritu de la cultura tradicional coreana, en especial, de los ritos chamánicos o gut. Algunos de sus temas son “Bailando con los espíritus”, que es una pieza para violín haegeum; “Resonancia ritual”, que se inspira en el rito chamánico Byeolsingut; y “El sonido de los tambores resuena al otro lado del cielo”, que se inspira en el rito chamánico que guía los espíritus de los muertos al paraíso. La pieza “El sonido de los tambores resuena al otro lado del cielo” fue estrenada en 2014 en el Festival Internacional de Música Maru de Busan.

Comienza con el fuerte sonido de un gran tambor que retumba, seguido por otros tambores pequeños que reverberan como un eco. La pieza fue incorporada como el primer movimiento del concerto de gayageum “Ritmos dispersos”. El profesor Thomas Osborne vivió 9 meses en Corea en 2011 con una beca de investigación de la Fundación Fullbright y aprendió a tocar el gayageum. La experiencia le inspiró varias piezas musicales, y una de ellas es “Sueños de cielos y mapoema “Azaleas” del poeta Kim So Wol, uno de los poemas más queridos por el pueblo coreano. También compuso “Cantando en la interminable noche”, una pieza para gayageum y un cuarteto de cuerdas que se inspira en los poemas de Hwang Jin I, la gisaeng más talentosa del período Joseon. La composición “Un día” recientemente estrenada del profesor Osborne está compuesta de cuatro movimientos: Amanecer, Tormenta de mediodía, Ocaso y Ceremonia de la luna llena. Describe los momentos del día, desde la salida del sol hasta la noche iluminada por los esperanzadores rayos de la luna llena.

Las colaboraciones de música tradicional y música clásica occidental se han hecho tan comunes estos días, que los límites entre ambas se están desdibujando. Incluso se ha llegado a tal punto en que los músicos extranjeros han comenzado a componer música tradicional coreana o gugak. En este sentido, los profesores Thomas Osborne y Donald Womack no sólo tienden puentes entre ambas formas musicales sino que aportan nuevos aires a la música tradicional coreana.