El filme “Agassi” de Park Chan Wook fue la única película coreana invitada a la categoría de competición del Festival de Cine de Cannes de este año. Aunque el filme no logró la Palma de Oro, sus derechos de exhibición fueron comprados por 176 países, convirtiéndose así en la película coreana más exportada de la historia. No obstante, no se fue sin laureles de Cannes, ya que Ryu Seong Hie - su directora de arte- fue galardonada con el Premio Vulcano al Mejor Artista Técnico. Dicho premio es otorgado a los mejores profesionales de sectores como dirección artística, música, audio, fotografía, etc. Hacía décadas que el premio no recaía en un director artístico y, además ella fue la única galardonada, lo cual no es frecuente, ya que el premio suele compartirse ex aequo entre varias personas.

Ryu Seong Hie comenzó su carrera inaugurando en Corea el rol de “diseñador de producción”, cuando todavía no había directores artísticos profesionales en el país. Participó en varios filmes muy aclamados, como “Memorias de un asesinato”, “Old Boy”, “Asesinato” y “Oda a mi padre”. Sin duda alguna, es una pionera en el campo de la estética cinematográfica. Inicialmente, Ryu Seong Hie estudió cerámica. Hasta hizo un posgrado y llegó a exponer sus obras. Sin embargo, pronto comprendió que así no podría comunicarse con el público masivo; y en busca de este anhelo, partió en 1995 a los EE.UU. e ingresó al American Film Institute donde estudió arte cinematográfico. Allí aprendió que el cine es un arte colaborativo, y que hacer una película precisa de mucho diálogo, hasta lograr que los miembros del equipo puedan comprender bien el guion y el universo artístico del director.



Cuando volvió a Corea, recorrió las compañías productoras de cine con su curriculum, pero sus credenciales de dirección artística en el exterior no sirvieron de mucho, pues que no tenía experiencia cinematográfica alguna en el país. Después de muchos avatares, participó en la producción artística del cortometraje “La isla de las flores” del director Song Il Gong. En 2002 trabajó como diseñadora de producción de “Sin sangre, sin lágrimas” del director Ryu Seung Wan, adentrándose de lleno en el mundo de las películas comerciales. Posteriormente, Ryu Song Hie continuó su carrera dirigiendo con gran maestría equipos técnico-artísticos de expertos en producción artística, utilería, maquillaje y diseñadores escenográficos. Esta experiencia, y otras posteriores, la directora de producción artística más buscada y valorada de la industria cinematográfica coreana. La película “Agassi”, que le llevó a hacerse acreedora del premio Vulcano a la mejor producción artística y técnica del Festival de Cannes, es uno de los trabajos donde más destaca su firma. Dado que la trama se desarrolla en una mansión apartada, la escenografía era clave para recrear la atmósfera de la película; y podría decirse que la escenografía es el “quinto protagonista”. Crear esa casa exótica - mezclando estilos coreano, japonés y occidental- y conseguir un resultado armónico, requería de mucho mimo y reflexión. La biblioteca es un buen ejemplo; pues refleja la duplicidad de la clase alta e intelectual durante el dominio colonial japonés, así como la ambición y la decadencia del tío de la heredera, Hideko.

Por otra parte, su habitación refleja muy bien el destino y la personalidad de Hideko, que no ha salido nunca de esa casa, donde ha vivido encerrada desde los cinco años. Por eso su habitación, y los colores de su ropa, muestran tonalidades azules y verde turquesa, para reflejar su soledad y el ambiente de frialdad en que vive. En tanto, la belleza estética de los espacios y la escenografía, no solo reflejan el carácter de los personajes, sino que realzan al máximo la historia de la película, con un talento que apreciaron los jueces del Festival de Cannes. Ryu Seong Hei trabaja así pues sabe que cuando la ambientación es la adecuada, los actores se sumergen mejor en su personaje y dan lo mejor de sí. Al conocer a la perfección la importancia de la escenografía en una película, Ryu Seong Hei nunca se detiene y busca nuevos elementos de inspiración, pues su filosofía de trabajo se basa en combinar osadía con elegancia.