Este lugar donde los visitantes cocinan comida típica de otros países, tocan instrumentos exóticos, se prueban trajes tradicionales y aprenden culturas lejanas es el Museo Multicultural de Corea, ubicado en Bulgwangdong, en la parte oeste de Seúl. Se trata de un bonito edificio de cinco plantas que atesora unos 4.000 objetos procedentes de 50 países. Vivimos una era de globalización y multiculturalismo, que invita a viajar por el mundo y experimentar en vivo las diferentes culturas, pero a veces resulta muy difícil poder cumplir ese deseo. Kim Yun Tae, director del Museo Multicultural, abrió este espacio cultural con el deseo de ofrecer experiencias multiculturales a los visitantes, sin tener que salir fuera de Corea. En el Museo se pueden ver réplicas en miniatura de algunos de los lugares y objetos más emblemáticos de cada país.



Este lugar debe tener un elevado coste, ya que fue creado enteramente con fondos personales de su director. Por fortuna, 9 años después de su inauguración, recibe apoyos y donaciones de muchas embajadas. Aunque Kim Yun Tae, el promotor de esta iniciativa, ahora dirige un museo, se codea con embajadores y viaja por todo el mundo en busca de nuevas piezas, originariamente era un estudiante de ópera que amaba la música y al que le gustaba viajar y coleccionar recuerdos de los lugares que visitaba. Cuando se graduó quiso dedicarse a la enseñanza musical infantil. Pero no solo quería enseñar canciones o a tocar instrumentos a los niños, sino que insistió en que las clases fueran impartidas por profesores extranjeros para que los niños pudieran aprender el idioma y la cultura de otros países. Como el programa de su academia se centraba en ofrecer experiencias multiculturales a los niños, cada vez iba necesitando más trajes y objetos típicos de diferentes países.



En consecuencia, Kim Yun Tae viajaba frecuentemente al exterior para conseguirlos. Al principio compraba objetos típicos de cualquier parte del mundo para usarlos en las clases de su academia, pero el número de esas piezas aumentaba y ya no le cabían ni en casa ni en la academia, y por eso le ocurrió crear un minimuseo. Así, en 2008 compró una casa en las inmediaciones de la Universidad Hongik para exponer los trajes tradicionales, instrumentos musicales, muñecos y monedas que poseía. Pensó que así le sería más fácil implementar sus ideas pedagógicas y podría cuidar mejor de las piezas de su colección. Pero muy pronto el lugar comenzó a llenarse de visitantes, aunque en su mayoría no eran niños -como él hubo imaginado- sino gente adulta que quedaba fascinada ante esas piezas. Viendo el entusiasmo que despertaban, decidió crear un museo en toda regla y en 2012 construyó un edificio de cinco plantas en Bulgwangdong, Seúl, actual sede del Museo Multicultural.



La planta baja la destinó a exponer miniaturas de las construcciones y estructuras más emblemáticas del mundo, como el Domo de Milán, los molinos de Holanda, las tiendas ger de Mongolia o el Taj-Mahal de India, entre otros. En la primera planta, se encuentran las salas de China, Tailandia y Egipto; mientras que en la segunda planta están la sala de Italia y la de cajas musicales. En la tercera planta los visitantes pueden probarse trajes, tocar instrumentos musicales y aprender a cocinar platos exóticos de otros países. Por último, la cuarta planta la destinó a exposiciones especiales que son renovadas periódicamente. Las actividades de experiencias culturales del Museo las realizan instructores provenientes de cada país en cuestión, que están particularmente contentos de poder dar a conocer la cultura de su país al público coreano. Pero el director del Museo Multicultural no se limita a ofrecer experiencias culturales de otros países y mostrar objetos típicos del mundo; sino que también lleva los programas de su Museo allá donde le piden, siempre que sirva de ayuda a las familias multiculturales para insertarse en la sociedad coreana.