Junto con el Ballet de la Ópera de París y el Ballet Real de Inglaterra, el American Ballet Theater está considerado uno de los tres más importantes del mundo. Los 100 bailarines que componen la compañía son tremendamente talentosos, pero solo unos cuantos suben al escenario como solistas y bailarines principales. Entre ellos se encuentra Seo Hee, la primera coreana que ha logrado el estatus de bailarina principal del American Ballet Theater. Su primer contacto con el ballet fue a los 12 años. Gracias a sus padres, que pensaban que debía tener una base musical y también cuidar su forma física, aprendía piano y natación. Sin embargo, cansada de la natación, decidió pasar al ballet, sin siquiera imaginar que tenía talento para esta disciplina.



Posteriormente, recibió un premio en un concurso de ballet que organizaba el Colegio de Artes Sunhwa, y eso le dio la oportunidad de continuar allí sus estudios secundarios. Sin embargo, y como solamente había estudiado ballet un año, su nivel era muy bajo; y la única forma de superar el retraso respecto a sus compañeras fue practicar con ahínco. Afortunadamente su cuerpo absorbía como una esponja todo lo que iba aprendiendo y un año después, a los 14 años -cuando ya estaba prácticamente adaptada al colegio- pasó una audición en la Academia de Ballet Kirov de Washington, para seguir estudiando en dicho centro con una beca completa.

Tan solo habían transcurrido dos años desde que comenzó a practicar el ballet, pero fue admitida en ese importante colegio de EE.UU. En 2003, con 16 años, fue galardonada con el Premio Lausana de Suiza, y eso le dio la oportunidad de estudiar en la Academia de Ballet John Cranko de Stuttgart, en Alemania. Pero le esperaba otro gran premio ese año, puesto que ganó el Youth American Grand Prix o Gran Premio de América para la Juventud en Nueva York. Establecido en 2000, el ganador obtenía el privilegio de estudiar en el Studio Company de la American Ballet Theater. Dos años después pasó a integrar la compañía de ballet, pero el camino para llegar a primera bailarina no fue de rosas precisamente. Durante cuatro años trabajó duro y en silencio, como todo principiante, y luego formó parte del cuerpo de baile hasta que por fin llegó su oportunidad con la obra “Romeo y Julieta”. Con esa actuación, en el Metropolitan Opera House, Seo Hee robó el corazón de todos los neoyorquinos amantes del ballet, y fue portada de la revista internacional de ballet, “Pointe”.

Un año después fue ascendida a bailarina solista en dicha compañía, y su primer papel como solista fue “El lago de los cisnes”, obra con la que sueña toda bailarina. Cuando llevaba dos años como solista, el American Ballet Theater volvió a confiar en su talento elevándola a la categoría de primera bailarina. Fue en el verano de 2012 cuando Seo Hee alcanzó la posición de la primera bailarina, solo cuatro años después de ingresar a en dicha compañía. Recientemente, ha decidido reservar tiempo para venir a Corea y coordinar la dirección de la ronda preliminar del Youth American Grand Prix, evento que con no poco esfuerzo consiguió desplazar a Corea este año.

Al celebrarse tan importante concurso de ballet en Corea, este evento supuso una oportunidad única para los estudiantes de ballet coreanos, de poder aprender de la mundialmente reconocida prima donna Seo Hee. Más de 80 bailarines participaron en la clase magistral y en esa primera ronda, que se llevó a cabo entre el 22 y el 24 de julio. Así, desde convencer a la fundación del Youth American Grand Prix para que Corea fuera la anfitriona de ese gran concurso; hasta recaudar el patrocinio necesario para celebrarlo, todo fue obra y esfuerzo de Seo Hee. Han pasado dieciocho años desde que se puso por primera vez sus zapatillas de baile y Seo Hee se encuentra en la cúspide de su carrera. Pero por ahora, afirma que su mayor deseo no es ser una bailarina con una técnica impecable, sino una artista capaz de llegar al corazón de los amantes del ballet.