Robert Abrahams, nombrado al cargo del comandante de las fuerzas surcoreano-estadounidenses, manifestó que la suspensión de los ejercicios militares entre los dos países rebajó un poco el estado de alerta de las fuerzas combinadas.
El nominado como sucesor de Vincent Brooks, se expresó así durante una sesión de audiencia parlamentaria del Comité de Defensa del Senado estadounidense celebrada el martes 25, hora local.
Abrahams dijo que la suspensión de las maniobras militares durante agosto y septiembre fue una aventura "prudente" a la que se lanzó Estados Unidos en un intento de mejorar su relación con Corea del Norte, pero que, por cierto, derivó en cierta baja del estado de alerta en los soldados.
Por otro lado, el nominado advirtió que la retirada de las fuerzas estadounidenses de la península coreana podría generar importantes riesgos estratégicos, ya que el poder militar de Corea del Norte para guerras convencionales se mantiene sin cambio.