El primer día de interpelación parlamentaria al Gobierno, el oficialismo y la oposición protagonizaron una feroz contienda sobre un escándalo que involucra al precandidato presidencial de Poder del Pueblo, Yoon Seok Youl, presuntamente por instar a los fiscales a denunciar a políticos oficialistas - o personalidades afines al partido en el poder- mientras ejercía como fiscal general. 

Al respecto, el oficialista The Minjoo señala a Yoon como núcleo del escándalo, y describe los hechos como "un nuevo caso de connivencia" entre la fiscalía y un partido político, como el detectado durante la administración de la expresidenta Park Geun Hye. Para argumentar sus alegaciones, el partido presentó los escritos de acusación de distintos fiscales cuyos contenidos reflejan hasta un 98% de coincidencia, según un análisis comparativo de textos mediante software. 

Además, los oficialistas plantean dudas sobre la relación entre el ex fiscal general y el ex responsable de información en las investigaciones de la Fiscalía Suprema, Son Joon Seong, de quien se sospecha que entregó los escritos de acusación al legislador Kim Woong, del opositor Poder del Pueblo. 

En respuesta, la oposición afirma que este escándalo en realidad "fue maquinado" por el director del Servicio Nacional de Inteligencia, Park Jie Won, postura que respalda con datos que le conectan con la empresaria Cho Sung Eun, la primera persona que presentó sospechas de connivencia o incitación a la denuncia contra el ex fiscal general. 

En este contexto, durante la interpelación del martes 14 oposición y oficialismo chocaron sobre el papel de la Oficina de Investigación de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO), que actualmente investiga dicho escándalo. Los opositores tildaron a dicho organismo de "inconstitucional y mutante", y solicitaron que sea desmantelado, mientras que el ministro de Justicia, Park Beom Kye, explicó que si bien es cierto que CIO está en su etapa inicial, empieza a ejercer adecuadamente su papel de contrapeso al poder.