146 legisladores japoneses, tanto oficialistas como opositores, visitaron el martes 22 por la mañana el santuario Yasukuni con ocasión del rito primaveral que se celebra periódicamente.
Este santuario rinde homenaje a los caídos en guerra, entre los que se incluyen 14 criminales de guerra de primer orden, y es considerado como un símbolo del pasado militarista del país.
La cantidad de visitantes se ha reducido ligeramente respecto al evento del año pasadom cuando un número histórico de168 diputados acudió a venerar a los antepasados, mas sin embargo todavía se considera una delegación importante, pese a la oposición de Corea y de China.
Al respecto, Seúl criticó duramente la visita de los diputados al controvertido santuario, exhortando a Japón a abrir los oídos y escuchar las razones de los países vecinos y la comunidad internacional.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Cho Tae Yong, manifestó que Tokio no tendrá credibilidad al hablar del futuro si se aferra a rendir homenaje a los criminales que causaron guerras y destruyeron la paz.
Previamente, Seúl también reprobó la ofrenda del premier nipón a Yasukuni, calificándola de "acto anacrónico", por dañar las relaciones de buena vecindad con los países de la región.
El primer ministro nipón Shinzo Abe envió ofrendas el lunes 21 en vez de asistir al polémico recinto de rituales, ante la visita oficial del presidente de EEUU, Barack Obama, a Japón que comenzará el día 23.