Página especial por el 70º aniversario de la liberación de Corea'

El río Han es el lugar de paseo favorito de los seulitas. Lo disfrutan desde madres que salen a caminar empujando sus cochecitos de bebé hasta ciclistas que corren a toda velocidad por sus orillas. Todos los años en otoño acoge un magnífico festival de fuegos artificiales, y durante los fines de semana y vacaciones la gente disfruta del fresco y la naturaleza en sus cámpings. Barcos turísticos surcan apaciblemente sus aguas, seguidos de incontables gaviotas. Ubicada en el centro de la península coreana, la cuenca del río Han representa el 12% de la península coreana y siempre ha tenido gran importancia en la historia de Corea. Desde siempre ha proporcionado agua para beber y cultivar los campos y ha sido el centro de la actividad comercial. Hasta la década de los 60, el muelle de Mapo era una zona muy ajetreada, por los barcos que llegaban cargados de sal y camarones en salmuera. En esos años el río Han era escenario de la vida cotidiana de Seúl. Las mujeres lavaban la ropa en sus aguas. En verano los niños jugaban en la playa de arena y nadaban en sus aguas. En invierno se llenaba de aves migratorias provenientes del norte y de pescadores, mientras los pequeños se deslizaban en patines y trineos sobre la superfice congelada. Sin embargo, desde principios de los años 50 aumentaron los sedimentos de tierra y arena provenientes del curso superior, lo que provocó que disminuyera notoriamente el caudal del río. Por esta razón, si había pocas lluvias se intensificaba la contaminación y, por el contrario, si había muchas lluvias, se producían inundaciones. En consecuencia, todos los años en la temporada monzónica se generaban grandes pérdidas materiales e incluso humanas. Ante esta situación, el gobierno decidió efectuar obras para poner fin a las continuas inundaciones. Comenzaron en 1968 y en esta primera etapa de renovación del río, que duró tres años hasta 1971, se hicieron diques para contener las indundaciones y se construyeron caminos sobre los diques. Las playas de arena quedaron enterradas bajo el concreto dando lugar a las extensas zonas residenciales de Banpo y Jamsil, y una nueva franja de diques hizo que Yeouido adquiriera el paisaje que posee actualmente. Sin embargo, a pesar de las obras, no creció el caudal del río ni aumentó su profundidad. La razón fue que la ribera del río se tornó rectilínea y eso no hizo más que apresurar la velocidad del río. Pero el problema más urgente y preocupante era la creciente contaminación de las aguas. Cada año que pasaba, la población de Seúl crecía de modo imparable. Las aguas residuales que arrojaban los hogares y las fábricas iban a parar al río sin ningún proceso de purificación, por lo que la calidad del agua empeoraba a ojos vista. La situación se hizo insostenible, por lo que en 1982 comenzó la segunda etapa de renovación del río Han. Las obras de renovación del río Han comenzaron en 1982 y se extendieron hasta 1986. La causa directa fue que en 1981 se hizo oficial la celebración de los Juegos Olímpicos de Seúl para 1988, además de que en 1986 se celebrarían los Juegos Asiáticos. Se hicieron los trabajos necesarios para impedir futuras inundaciones, se construyó la Autopista Olímpica de 36 km que bordea el río por la ribera sur, se crearon casi 7 km2 de espacio para el ocio y la vida al aire libre de los seulitas en los bancos del río y se instalaron 54.6 km de tuberías, para que el agua de desecho no se mezclara con la del río, solucionando el problema de la contaminación. Entre Jamsil y Gimpo se construyeron presas submarinas que ralentizaron la corriente e hicieron que aumentara el caudal de agua. Esto hizo que mejorara la calidad del agua y posibilitó que un barco turístico navegara sobre el río. Si bien la modificación rectilínea del curso y la construcción de las autopistas y los diques destruyeron el ecosistema original del río Han, se logró el sueño anhelado de que las aguas volvieran a fluir limpias como antes. Además, el río recuperó su antiguo papel de lugar de recreo para los seulitas.