Posiblemente, al preguntar a los seulitas cuál es la zona más exótica de la ciudad, muchos responderían que es Itaewon, pues reúne incontables restaurantes y bares de estilo internacional, y es muy visitado por extranjeros tanto de día como de noche. Definitivamente, es el barrio más ‘globalizado’, porque además allí donde viven muchos foráneos que residen en la capital.

Pero si Itaewon está repleto de gente y establecimientos con luces llamativas y música a todo volumen, caminando hacia Yongsan, donde se sitúan la base central del destacamento estadounidense estacionado en Corea y el Ministerio de Defensa Nacional, hay otra zona sumamente peculiar pero con un ambiente distinto, más tranquilo y con tiendas más pequeñas, pero también muy frecuentado tanto por los locales como los extranjeros. Esta parte del barrio se llama Gyeongnidangil, y va desde la calle que une la Escuela Primaria de Itaewon hasta el Hotel Hyatt de Namsan. La calle parece una subida a la montaña, por lo que es mejor llevar zapatos cómodos, porque con tacones es prácticamente imposible caminar.


Desde la entrada principal, uno percibirá que se encuentra en el lugar perfecto para comer o simplemente beber un café o un trago, ya sea en algún bar tranquilo, sentado sobre alguna terraza o en el balcón de uno de los tantos establecimientos que pueblan la zona. Sin duda es el lugar perfecto para los amantes de la gastronomía internacional, pues todo tipo de comida: desde tailandesa, italiana, mexicana, china y francesa, hasta pakistaní, india, griega, estadounidense, japonesa y por supuesto, coreana.

En Gyeongnidangil no solo se come y se bebe bien, sino que también hay bastante para ver y dar una caminata. Entre los numerosos restaurantes hay pequeñas tiendas de accesorios, antigüedades y libros de segunda mano, así que después de deleitar un exquisito plato, les recomiendo que den un paseo.

Otra de las razones por la que mucha gente visita Gyeongnidangil es para degustar un trago, y hay gran variedad de bares, desde los más exóticos a los de ambiente tranquilo, según las preferencias de cada uno. En especial, en este sitio les merecerá la pena detenerse a los amantes de la cerveza casera, que venden algunos de estos bares. Hay tanta variedad y distintos sabores, incluso tan idénticos a los que los extranjeros solían disfrutar en sus países de origen, que esta zona se ha vuelto muy popular entre los aficionados a la cerveza.


Un aspecto que llama la atención es que entre estos establecimientos de comida, bares y pequeñas tiendas de estilo original, uno tiene la sensación de estar en otro país. Al mismo tiempo, esta zona también conserva muy bien las edificaciones y las callejuelas de antaño. Por eso, no es raro en la calle trasera casas tradicionales, y antiguos locales que venden frutas y verduras, y también artículos de uso diario. Es un lugar que merece la pena visitar durante su recorrido por Seúl, pues no en vano se ha convertido en uno de los destinos más populares de la ciudad, ¿no lo creen? Nada mejor que comprobarlo por uno mismo.

Ahora les diré cómo llegar. No hay nada mejor que el Metro para moverse en la ciudad. Gyeongnidangil, hace referencia a toda una calle frente a la base estadounidense de Yongsan, y se ubica a la salida 1 de la estación Noksapyeong de la línea 6 del Metro.