El yuan chino está por entrar a formar parte del club de divisas más importantes del mundo. El informe emitido el 13 de noviembre por el personal técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) considera favorable la inclusión de la divisa china entre las monedas que componen los Derechos Especiales de Giro (DEG), integrada actualmente por el dólar estadounidense, el euro, la libra esterlina británica y el yen japonés. Todavía falta la aprobación final del consejo ejecutivo -que debe contar con al menos el 70% de los votos-, pero teniendo en cuenta que la mayoría de las naciones europeas y emergentes están a favor de la incorporación del yuan, es probable que obtenga el visto bueno en la reunión del 30 de noviembre.

Se prevén grandes cambios económicos tras la admisión de la divisa china en el DEG del Fondo Monetario Internacional. El uso del yuan como moneda de reserva mundial se ampliará visiblemente en los intercambios comerciales y en las transacciones internacionales. De hecho, en agosto el yuan chino superó al yen japonés, convirtiéndose en la cuarta moneda más utilizada en los pagos transfronterizos. En otras palabras, la inminente inclusión del yuan en la cartera de monedas del organismo internacional, permitirá al gigante asiático desempeñar un papel más importante en el sistema monetario internacional. En el panorama económico coreano, se pronostica que aumente el volumen de negociación del cambio directo entre el yuan chino y el won coreano. Esta medida reducirá el coste de conversión, ya que no habrá que cambiar primero a dólares estadounidenses. Por tanto, se calcula que los exportadores e importadores coreanos se ahorrarán en comisiones unos 200.000 millones de wones, unos 173 millones de dólares. En cuanto al comercio bilateral, tan sólo el 3,4% de las transacciones con China se liquidaron en yuanes pero en el futuro es muy probable que esta proporción se incremente sustancialmente. Otro pronóstico optimista de la internacionalización de la divisa china será el alza de las emisiones de bonos en yuanes y el incremento de las inversiones directas de China en el mercado surcoreano, así como una mayor afluencia de turistas chinos al país.