La economía coreana afronta un periodo de dificultades a raíz de la pérdida de dinamismo del sector manufacturero y también por el escándalo político desatado tras descubrirse la injerencia en asuntos gubernamentales de Choi Soon Sil. Los indicadores económicos muestran que el deterioro ya ha enfriado los tres principales motores de crecimiento: el consumo, las exportaciones y la inversión. El comercio exterior se ha mantenido a la baja desde 2015, salvo en agosto -cuando mostró un leve aumento- pero luego volvió a bajar, reflejando un descenso en la producción industrial. En tanto, el consumo interno se ha visto afectado por el debilitamiento del sector de la construcción y las inversiones en instalaciones y equipos, que retrocedieron un 4,7% y 2,1% respectivamente. Varias luces rojas alertan de problemas en la economía coreana, en un escenario agravado por el reciente escándalo Choi Soon Sil, amiga íntima de la presidenta, Park Geun Hye, acusada de corrupción, tráfico de influencias e injerencia en asuntos de Estado. La maquinaria administrativa de Corea se ha detenido por este escándalo, y temas económicos prioritarios, como la revisión del presupuesto del 2017 y la aprobación de leyes y programas de índole económica, parecen haber pasado a un segundo plano. Para algunos expertos, Corea se enfrenta a un complejo panorama similar al que se produjo antes de la crisis monetaria de 1997, así como al de Japón de los años 90 y al de algunas naciones de Latinoamérica en crisis. Ante esta perspectiva, es urgente que Corea separe y aborde aisladamente los temas políticos y económicos.

El presidente de la Comisión de Servicios Financieros de Corea del Sur, Lim Jong Ryong fue nominado el 2 de noviembre a vice primer ministro de economía. Tanto el partido en poder como la oposición parecen haber evaluado positivamente la nominación de Lim, un candidato con gran capacidad para la gestión de riesgos. Es sumamente importante que el Gobierno recupere su liderazgo para despejar las incertidumbres que se ciernen sobre la economía coreana. En otras palabras, hay que aplicar medidas activas para revitalizar la economía y evitar que los temas políticos contagien al escenario económico