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A partir del mes de junio cafeterías y restaurantes de comida rápida pedirán a sus clientes un depósito por los vasos descartables, en sintonía con la entrada en vigor de la enmienda a la Ley sobre ahorro de recursos y fomento del reciclaje cuyo objetivo es solucionar el problema de los vasos desechables, que son tirados pese a que si son recolectados debidamente pueden ser reciclados y reusados. 

Concretamente, la nueva ley afecta a 105 marcas y 79 franquicias o cadenas con un mínimo de cien establecimientos, incluidas cafeterías y restaurantes de comida rápida que cuentan con una amplia red de locales como Starbucks y McDonald’s. En total serán más de 38.000 establecimientos. En estos lugares, el consumidor deberá pagar 300 wones como depósito por cada vaso desechable, monto que les será reembolsado si devuelven esos recipientes. Un punto a destacar es que recobrar el depósito será posible retornando los vasos usados en cualquier local adscrito a este sistema, no solo en el que fueron recibidos. 

Esta medida busca reducir los desechos ante la explosiva demanda de alimentos o bebidas para llevar y el subsiguiente aumento de recipientes para usar y tirar, así como la preferencia de los restaurantes y las cafeterías al usar vasos desechables considerando la desconfianza que existe entre los consumidores sobre la higiene. 

Los datos indican que en 2018 el uso de vasos descartables superó el total anual de 600 millones de unidades, pese a que tanto aquellos hechos de papel impermeable para bebidas calientes, como los de plástico para bebidas frías pueden ser reciclados. Esto se atribuye principalmente a que no son recolectados como deberían tras su uso y son desechados sin pasar a reciclaje, aumentando no solo la contaminación, sino también el despilfarro de recursos. 

En este contexto, se estima que la nueva ley contribuirá a una recolecta más eficiente de vasos descartables que luego serán aprovechados por empresas recicladoras. Se unificará también las medidas de los vasos, de tal modo que sea más fácil su almacenamiento o traslado en grandes cantidades a los centros de reciclaje, tarea que se complica enormemente en estos momentos al haber distinto tamaños.