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Cultura

Kotnori: Ir a ver las flores, toda una atracción turística en Corea

#Un poco más de la Cultura Coreana l 2025-05-12

Corea a Diario

ⓒ gettyimagesbank

¿Sabían que a los coreanos les encanta salir a ver las flores? Y no solo eso: muchos incluso viajan a otros países con tal de disfrutar de la floración en distintas estaciones del año. Hoy, en ‘Un poco de cultura coreana’, exploramos esta curiosa y encantadora costumbre.
En Corea, el contacto con la naturaleza es muy valorado, y uno de los mayores placeres es contemplar los paisajes estacionales, ya sea la floración primaveral o el colorido follaje otoñal. De hecho, existen términos específicos para estas actividades: Por un lado, kotnori (꽃놀이), que significa salir a ver flores en su estado natural. Y por otro, danpungnori (단풍놀이), que hace referencia a los paseos otoñales para disfrutar del cambio de color en las hojas.
Pero hoy nos centraremos en el kotnori, una tradición que va más allá de mirar flores. Para los coreanos, es una experiencia social, un momento para compartir con amigos, familiares o en pareja.
Aunque muchos asocian principalmente el kotnori con la primavera y los populares cerezos en flor, lo cierto es que esta práctica se extiende a lo largo de todo el año, siempre que haya algo digno de admirar en el entorno natural. Puede tratarse de un paseo tranquilo bajo árboles en flor, una caminata por el campo, un picnic entre flores silvestres o una visita a jardines y festivales florales.
Se trata de una tradición muy antigua. En tiempos pasados, los coreanos ya celebraban la llegada de una nueva estación contemplando la floración de árboles como los ciruelos, melocotoneros o cerezos. En especial, entre la nobleza y los letrados, era costumbre reunirse para escribir poesía, compartir comida y bebida, y dejarse maravillar por el paisaje.
Cada estación tiene sus flores protagonistas. Por ejemplo, en primavera florece primero el cornejo asiático, de color amarillo brillante, una de las primeras señales de que la estación ha comenzado. Poco después, aparecen las azaleas coreanas, llamadas jindallae (진달래) en coreano. Sus pétalos son de un delicado tono rosa claro y, curiosamente, son comestibles. Con ellos se preparan unos preciosos pastelitos de arroz llamados hwajeon (화전). Muchas personas acuden a montañas y prados para participar en festivales dedicados a estas azaleas.
También destacan las forsitias amarillas, que llenan de alegría los caminos y colinas coreanas, y, por supuesto, los tan esperados cerezos en flor. Uno de los lugares más emblemáticos para disfrutar de este espectáculo natural es el lago Bomun, en la histórica ciudad de Gyeongju. Este lago está rodeado de hileras de cerezos, templos antiguos y senderos peatonales y ciclistas, lo que lo convierte en un escenario ideal para una caminata entre flores, respirando al mismo tiempo el aire de una ciudad milenaria.
Y si hablamos de festivales florales, Corea ofrece una amplia variedad de eventos, cada uno centrado en una flor diferente, y todos ellos con un encanto especial. Uno de los más impresionantes es el Festival de los Cerezos de Jinhae (진해군항제), celebrado en esta ciudad portuaria en el sur del país. Durante la temporada de floración, Jinhae se transforma en un auténtico mar de flores rosa pálido, atrayendo a miles de visitantes cada año.
También en la capital, Seúl, encontramos otro evento muy popular: el Festival de los Cerezos de Yeouido, que tiene lugar en la isla del mismo nombre, justo donde se encuentra nuestra emisora, KBS. Allí, los paseos junto al río Han se llenan de gente que acude a contemplar los cerezos en flor y a disfrutar del ambiente primaveral.
Ya en el mes de mayo, en las laderas cubiertas de flores de la montaña Hwangmaesan, se celebra el Festival de Azaleas Reales, una experiencia visual única que combina naturaleza y senderismo. Más adelante, en pleno verano, los estanques de la localidad de Buyeo se llenan de flores de loto para dar paso a otro festival que destaca no solo por su belleza natural, sino también por las actividades culturales y tradicionales que lo acompañan.
Y si hay un lugar que no puede faltar en este recorrido floral es la isla de Jeju, especialmente durante el mes de abril, cuando florecen las flores de colza. Las colinas y campos de la isla se visten de un amarillo vibrante que contrasta de forma espectacular con el azul del cielo, el mar y el imponente monte Halla al fondo. Es un paisaje que parece sacado de un cuadro, ¡un escenario perfecto para hacerse fotos!
En general, estos festivales no solo se centran en la contemplación de las flores. Están organizados por las comunidades locales y ofrecen una experiencia completa: mercados con productos regionales, espectáculos musicales, iluminación nocturna, talleres y actividades interactivas. En definitiva, una verdadera fiesta cultural que celebra la conexión entre las personas, la tradición y la belleza del entorno natural.

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