Actos humanos es una novela que gira en torno a uno de los episodios más oscuros y dolorosos de la historia reciente de Corea del Sur: las protestas de mayo de 1980 en la ciudad de Gwangju. Un movimiento ciudadano a favor de la democracia, brutalmente reprimido por el régimen militar de Chun Doo Hwan y que terminó en una masacre de civiles a manos del Ejército. Este acontecimiento ha sido abordado desde muchas disciplinas: literatura, arte, cine, teatro, pintura y televisión. Sin embargo, Han Kang consigue narrarlo con una mirada profundamente original, con una prosa lírica y delicada que no esquiva la violencia, el dolor o la muerte. Muy al contrario: los observa con una honestidad abrumadora.

En el centro de la historia está Dongho, un joven estudiante de secundaria que presencia la muerte de un amigo, abatido por los disparos del Ejército. Tras el suceso, Dongho decide ofrecerse como voluntario para cuidar los cuerpos de las víctimas en una sede gubernamental local transformada en morgue provisional. En ese lugar, enciende velas para consolar a las almas de los muertos, mientras intenta procesar la tragedia que lo rodea entre los cadáveres que describe que “parecen protestar a través del olor de la muerte”. Pero Dongho también es asesinado, y su muerte se convierte en el eje desde el cual Han Kang reconstruye la historia de otros personajes —vivos y muertos— cuyas voces se entrelazan para dar forma a un relato coral.

Actos humanos es una lectura imprescindible. No solo para los coreanos, sino también para lectores de todo el mundo. Pues es una novela que remueve, incomoda y obliga a reflexionar sobre la condición humana, la violencia ejercida desde el poder, la fragilidad de la vida y la fuerza de la memoria y la resistencia. Es una lectura dura, pero también profundamente necesaria. Y está escrita con una belleza literaria que desarma.