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Cultura

La costumbre de convidar pastel de arroz al mudarse de casa

#Un poco más de la Cultura Coreana l 2025-06-16

Corea a Diario

ⓒ gettyimagesbank
Si alguna vez tienen la oportunidad de vivir en Corea, no se sorprendan si un nuevo vecino llama a su puerta y les ofrece un plato de pastel de arroz. Este gesto forma parte de una entrañable tradición coreana que ha perdurado a lo largo del tiempo. Hoy, en Un poco de cultura coreana, quiero contarles en qué consiste esta costumbre y cuál es su profundo significado.
Cuando una familia coreana se muda a una nueva casa, es habitual que comparta sirutteok (시루떡), un pastel de arroz al vapor, con sus nuevos vecinos. Este acto sencillo, pero cargado de simbolismo, representa no solo cortesía y hospitalidad, sino también el deseo de atraer buena fortuna y comenzar con buen pie una nueva etapa.
¿Pero qué es exactamente el sirutteok? Se trata de un pastel elaborado con arroz blanco, arroz glutinoso o una mezcla de ambos, cocido al vapor en un recipiente tradicional llamado siru. Su textura es particular, y uno de sus ingredientes más distintivos son los frijoles rojos, dispuestos en capas. En la cultura coreana, el color rojo representa la energía yang y se cree que tiene el poder de alejar los malos espíritus y atraer vibraciones positivas.
De ahí nace la costumbre de repartir sirutteok al mudarse: no solo es una forma de presentarse ante los nuevos vecinos, sino también un ritual para proteger el hogar frente a la mala suerte y fomentar la buena convivencia. Al compartir este pastel, la familia expresa su deseo de integrarse, establecer lazos de apoyo mutuo y convivir en armonía con la comunidad.
La tradición del sirutteok tiene raíces muy antiguas, que se remontan al periodo de los Tres Reinos —entre el siglo uno antes de Cristo y el siglo siete después de Cristo—. Desde entonces, ha sido utilizado en rituales chamánicos y confucianos, y ha estado presente en momentos importantes como nacimientos, cosechas y otras celebraciones. A lo largo de los siglos, ha mantenido su papel como símbolo de protección y bendición.
Aunque no se conoce con exactitud cuándo surgió la costumbre de ofrecer pastel de arroz al mudarse, sí sabemos que, en las poblaciones agrícolas tradicionales, compartir comida era esencial para estrechar lazos sociales. La supervivencia dependía de la cooperación entre vecinos, y este gesto refleja ese mismo espíritu de comunidad y buena voluntad.
Hoy en día, aunque la vida moderna y el ritmo de las grandes ciudades han reducido la frecuencia con que se practica esta costumbre, aún se conserva, sobre todo en entornos más tradicionales o entre personas mayores. Incluso en bloques de apartamentos contemporáneos, no es raro encontrar porciones de sirutteok dejadas en las puertas, a veces acompañadas de una pequeña nota de presentación por parte del recién llegado.
Otro bonito detalle, también muy habitual, es que quienes reciben el pastel devuelvan el plato con algún dulce o pequeño obsequio, como forma de agradecimiento y bienvenida al nuevo integrante del vecindario.
Así que convidar pastel de arroz es mucho más que un gesto de cortesía: encierra un mensaje profundo de respeto, hospitalidad y deseo de una convivencia armoniosa. En Corea, el que se muda es quien da el primer paso. No hace falta regalar algo costoso ni preparar una gran comida; un detalle simbólico basta para romper el hielo, generar simpatía y demostrar respeto hacia la comunidad.

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