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Historia

Cho Myeong Ha entrega su juventud por la independencia de Corea

2013-04-25

“Jóvenes de Corea, defended la patria con tenacidad. Al perder la patria. ¿dónde encontraréis libertad, justicia y paz? El pueblo sin estado no verá más que la humillación de la esclavitud y el desasosiego del vagabundo”.

Estas son las palabras inscritas en la estatua del mártir patriota Cho Myeong Ha, situada en el Gran Parque Seúl de Gwacheon de la Provincia de Gyeonggi.

A Japón con el ardiente deseo por la independencia de Corea

Cho Myeong Ha nació en el condado de Songhwa de la provincia de Hwanghae el 8 de abril de 1905. Era el segundo hijo de una familia de cuatro hijos y una hija. Desde joven demostró ser una persona de gran inteligencia y fuertes principios. En marzo de 1926, Cho Myeong Ha empezó a trabajar en la oficina del condado de Sincheon, bajo la organización de Japón en aquellos años.

Después de enterarse de las actividades pioneras de independencia de revolucionarios como Kim Gu y Roh Baek Rin, también de la misma provincia natal de Cho Myeong Ha, éste tomó la firma decisión de lanzarse también al movimiento independentista. Para unirse al movimiento anti japonés, Cho Myeong Ha pensó que debía aprender más sobre Japón, el usurpador colonial. Sus amigos reunieron una pequeña cantidad de dinero para costear el viaje de Cho Myeong Ha, permitiéndole llegar hasta Osaka, Japón.

El paso a Taiwán para los movimientos de independencia

En Japón, Cho Myeong Ha se escondió bajo el nombre japonés de Akikawa Domio, y entró a trabajar en una compañía eléctrica durante el día, mientras que asistía a una escuela en las noches. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que en Japón no podía encontrar la oportunidad propicia para alcanzar sus objetivos, así que optó por trasladarse a Shanghái, China, donde se había establecido el Gobierno Provisional de la República de Corea en 1927. Para llegar a China, tuvo que pasar por Taiwán.

En aquella época, Japón estaba preparando el envío de sus tropas a la provincia de Shandong de China. Como una plataforma a esta invasión, decidió que Taiwán sería un lugar estratégico. Por esta razón, numerosos japoneses fueron enviados a varias localidades de Taiwán.

Cho Myeong Ha continuó utilizando su nombre japonés Akikawa Domio en Taiwán, haciéndose pasar como ciudadano japonés. Allí consiguió una daga y aprendió a utilizarla con destreza. Desde entonces siempre llevaba la daga envenenada para poder usarla en cuanto tuviera la oportunidad. Esta oportunidad llegó en 1928, cuando Cho Myeong Ha tuvo noticias de que el general japonés Kunihiko Kuninomiya, miembro también de la familia real, visitaría Taiwán.

El lanzamiento de la daga contra la opresión japonesa

‘Yo mataré a Kuninomiya con mis propias manos y calmaré la profunda tristeza de nuestra gente’.

La determinación de Cho Myeong Ha era más sólida que una roca. El revolucionario examinó cautelosamente la trayectoria del viaje de Kuninomiya y preparó con cuidado su misión. El día funesto llegó el 14 de mayo de 1928, y Cho Myeong Ha se dirigió al encuentro de Kuninomiya que pasaría ante una multitud. En su pecho acariciaba sigilosamente la daga envenenada que le finalmente cumpliría su destino.

Numerosos soldados y guardias formaban fila a ambos lados de la calle. A las 9:55, apareció ante la multitud un automóvil descapotable que llevaba a Kuninomiya. Cho Myeong Ha se encontraba escondido entre la multitud, y saltó rápidamente hacia el asiento trasero del coche, blandiendo su daga. Con todas sus fuerzas, el hombre lanzó la daga hacia su enemigo. Sin embargo, el arma dio contra la espalda del conductor, causando solamente una pequeña lesión en Kuninomiya. Cho Myeong Ha gritó a toda voz “¡Larga vida a la independencia de Corea!”, y fue arrestado inmediatamente por los soldados japoneses.

La ejecución de un joven independentista

La versión oficial que hizo circular el gobierno japonés y el gobierno general japonés de Taiwán sobre el acto de Cho Myeong Ha fue que se trató de un incidente accidental causado por un joven pesimista que pretendía cometer suicidio. Las autoridades japoneses no se atrevieron a anunciar la verdad de los hechos por temor a que el acto de Cho Myeong Ha difundiera sentimientos de hostilidad contra los japoneses en Corea y China.

Cho Myeong Ha fue sentenciado a muerte y fue ejecutado en octubre de aquel mismo año, habiendo cumplido tan solo 24 años de edad. Hasta el último momento de su vida, Cho Myeong Ha expresó su fervoroso deseo por la independencia de su querida patria:

“He tomado venganza por mi patria. No tengo nada que decir. Me he preparado por largo tiempo para este momento de la muerte. Lo único que siento es morirme sin haber visto la independencia de mi patria hecha realidad. Continuaré mis actividades de independencia aún en el mundo del más allá”.

Tres meses después de la muerte de Cho Myeong Ha, Kuninomiya perdió también su vida por intoxicación del veneno que llevaba la daga del revolucionario coreano.

Cho Myeong Ha entregó su juventud a las actividades para la independencia de la patria Corea logra la emancipación del yugo japonés, a 17 años de su muerte, en 1945. Este logro del pueblo coreano habrá regalado paz al espíritu del joven independentista, y la sonrisa cálida de la victoria flota en el aire con las brillantes flores primaverales de estos días en torno a la estatua en su memoria.


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