Solitarios (혼자 사는 사람들)

‘Solitarios’ gira en torno a la vida diaria de una joven que simplemente prefiere estar sola. Si bien no es exactamente una persona agradable, la película exige la paciencia del espectador al observar con mirada detenida y ritmo lento no solo de su soledad, sino también la silenciosa ebullición que hay detrás de esa vida en solitario. Así, guía a quienes siguen esa historia para que lleguen a comprender hasta un cierto punto a la protagonista y para que se dejen conmover por la forma en que finalmente da algunos pasos activos para ir por ella misma hacia el desenlace.

En la parte inicial, la película presenta pausadamente la vida bastante monótona de su heroína, Jina. Como empleada de un centro de llamadas para atención al cliente de una compañía de tarjetas de crédito, Jina es bastante eficiente. De hecho, es una muy buena operadora y quizás eso se debe a que su trabajo, donde no tiene necesidad de entablar contacto con otros, encaja perfectamente en el estilo de vida que lleva, evitando en lo posible cualquier forma de relación interpersonal. Pero, Jina no es ninguna hikikomori. En otras palabras, no está en un estado de aislamiento social agudo. Es incluso la mejor operadora del call-center donde trabaja. Sin embargo, es una persona que prefiere estar sola y lo disfruta, y desea que su rostro sin expresión y los auriculares que tapan sus oídos sean el escudo que necesita para atajar a aquellos que intentan invadir su espacio, y el pequeño apartamento en el que vive su mundo, el único lugar en el que puede ser libre y completamente ella. 

Sin embargo, unas grietas empiezan a producirse en su mundo al enterarse de su vecino de arriba murió entre las revistas para adultos que tenía amontonadas en su habitación, y de que por más de una semana nadie supo de su muerte. A partir de ese momento, Jina se percata de otros “solitarios” a su alrededor. Personas que como ella viven solas, sean cuales fueres las razones, como su padre que se ha recuperado antes de lo que pensó de la muerte de su madre, una compañera de trabajo que no puede ni comer sola porque detesta la soledad, o su nuevo vecino que expresa empatía ante la muerte de un desconocido total. Y tras ver a esas personas, que aún viviendo solas desean estar conectados con otros, la mirada de Jina se detiene en su propia vida, en que ella misma estaba convencida de que la vida en solitario era lo mejor para ella y así se sentía más cómoda. Se pregunta si esa comodidad es lo que desea verdaderamente y si es realmente feliz siendo una solitaria.

ⓒ KBS

Rostros del cine coreano: Hong Sang Soo

Hong Sang Soo debutó como director de cine en 1996. Su primera producción fue ‘El día en que el cerdo cayó en el pozo (돼지가 우물에 빠진 날)’, una obra monumental del cine coreano -según la opinión casi unánime de los críticos- así como la ópera prima más importante de un director surcoreano de las últimas décadas. La película destaca por su contemporaneidad pese a que fue creada hace 25 años y es considerada el “génesis” del mundo cinematográfico de Hong Sang Soo, si bien guarda cierta distancia respecto a sus obras posteriores, uno, por ser la única película de su filmografía cuyo guión no es original, pues se basa en un cuento del escritor Gu Hyo Seo, y dos, por la estructura en cuatro partes que presenta, a diferencia de la mayoría de las películas de Hong, constituídas por dos mitades que se encuentran, se disocian, se contradicen o se solapan. 

Hong Sang Soo es un cineasta muy pero muy productivo. Basta solo ver su filmografía, que ya incluye 26 obras, aún excluyendo los cortometrajes. Esto indica que este director ha rodado una película al año o al menos cada dos años. Aunque no es libre de la crítica que le encasilla en un estilo fijo y marcado por diálogos demasiado abstractos, saltos en el tiempo y personajes que se decantan por el sexo, el soju y el autodesprecio, algo innegable es que Hong tiene una aguda intuición (si no es talento) para realizar películas que parecen el espejo con el que un niño travieso nos perseguiría para reflejar los sentimientos y deseos más ocultos. 

Actualmente, podría decirse que Hong Sang Soo está en una nueva etapa, caracterizada por historias más serias y con mucha más introspección, así como por películas en blanco y negro, el recurso estético más usado por este cineasta desde el film ‘El día después (그 후)’, estrenado en 2017 y premiado en el Festival Internacional de cine de Karlovy Vary, hasta llegar a ‘Introducción (인트로덕션)’, cinta por la que obtuvo el Oso de Plata al Mejor guión en la Berlinale de 2021.