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Viaje

Patrimonio Cultural de la UNESCO: Templo budista Magoksa

2018-07-09

Corea a Diario

ⓒ KBS

Magoksa es uno de los templos budistas más representativos de la ciudad de Gongju. Se dice que fue fundado por el monje Jajangyulsa durante la dinastía de Silla. Pero se fue deteriorando con el tiempo y, tras la caída de dicha dinastía, el sacerdote Jinul de Goryeo renovó la construcción. Desde entonces, el templo empezó a prosperar y en su recinto edificaron varios pabellones lujosos que en la edad moderna fueron designados como tesoros culturales. Cabe destacar que el templo fue construido de tal forma que armoniza perfectamente con la naturaleza. Seguramente, pocos quienes hayan visto un templo budista cuyo recinto es cruzado por un arroyuelo. 

Por tradición, un templo budista tiene tres puertas de entrada. La primera puerta se conoce por el nombre de Iljumun. La segunda se denomina Cheonwangmun, ya que acoge las estatuas de los Cuatro Reyes Celestiales, llamados Cheonwang en coreano. La última se llama Haetalmun, que significa “puerta al Nirvana”. Los pabellones están dispersos a ambos lados del arroyuelo, como verán tras entrar por la tercera puerta. Antes de cruzar, podrán visitar Yeongsanjeon, el más antiguo de entre los pabellones de Magoksa, designado tesoro cultural Nº800; y también Myeongbujeon, pabellón que alardea un estilo elegante al no estar pintado de multicolores como otras edificaciones tradicionales del budismo. Una vez que cruzan el puente Geukrakgyo, frente a Myeongbujeon, podrán ver una pagoda de piedra de cinco pisos llamada Dabotap, designada tesoro Nº799, y el pabellón Daegwangbojeon, tesoro Nº802. 


ⓒ KBS

Detrás de Daegwangbojeon se ubica el tesoro Nº801, Daewoongbojeon. Visto desde el exterior, este pabellón principal del templo Magoksa parece tener dos plantas. Pero una vez entren verán que es un espacio con un techo alto. Mientras, al lado del Daewoongbojeon se ubica un edificio cuya sencillez contrasta con el lujo del pabellón vecino. El edificio se llama Baekbeomdang. Fue bautizado con este nombre porque era el escondedero del independentista Kim Koo, también conocido por su pseudónimo Baekbeom, y que fue el sexto y último presidente del Gobierno Provisional de la República de Corea. Es que Kim asesinó a un oficial militar japonés involucrado en el homicidio de la emperatriz Myeongseong del Imperio de Corea en 1896, y desde entonces permanecía encarcelado tras ser condenado a pena capital. Dos años después, consiguió huir de la cárcel y permaneció en el templo Magoksa durante aproximadamente un año. 

Sobre la pared de Baekbeomdang, cuelga un cuadro que reza: “Cuando camines entre la nieve no vayas desorientado, pues tus huellas servirán de guía para el que venga después”. Esta frase, escrita de puño y letra por el propio independentista, fue la máxima que dirigió sus acciones morales durante toda la vida. En frente del edificio se erige un enebro plantado por Kim cuando volvió a visitar el templo tras la liberación nacional. Si terminan de recorrer todos los rincones del templo Magoksa, no sería mala idea dar un paseo tranquilo por el llamado “camino de meditación de Baekbeom”, por donde solía pasear el independentista, ¿no?

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