Una ONG pro derechos humanos ha acusado a Corea del Sur de vulnerar esos derechos al repatriar a dos pescadores norcoreanos, acusados ​​de matar a 16 integrantes de su tripulación. La entidad Human Rights Watch con sede en Estados Unidos presentó un comunicado el día 12, hora local, expresando que "las leyes internacionales consideran ilegal haber deportado a esos dos hombres ante la posibilidad de que fueran torturados considerando la brutalidad del sistema legal que rige en Corea del Norte".   

Phil Robertson, subdirector para Asia de esa entidad, insistió en que "las autoridades de Corea del Sur debieron haber investigado a fondo las acusaciones contra esos sujetos y asegurarse de darles la oportunidad de defenderse antes de devolverlos a Corea del Norte".

Por otra parte, el ex-presidente de la comisión de investigación de las Naciones Unidas sobre derechos humanos en Corea del Norte, Michael Kirby, recalcó en una entrevista con la Voz de América que los norcoreanos que llegan al Sur tienen derecho a optar por la ciudadanía surcoreana. Así, lamentó que hubieran sido repatriados sin considerar las normas habilitadas para aquellos imputados de algún crimen, antes de la extradición. 
 
Dos ciudadanos norcoreanos de unos 20 años fueron repatriados al Norte a través de la aldea de tregua Panmunjom el 7 de noviembre, cinco días después de ser capturados junto a la frontera marítima oriental mientras huían de las autoridades.

En una investigación preliminar confesaron, junto a otro miembro de la tripulación, haber matado al capitán del pesquero por los abusos sufridos, antes de matar al resto de la tripulación, uno por uno. Asimismo, un tercer sujeto fue arrestado en el Norte mientras intentaba escapar a su país de origen. 

Así, dicha entidad acusó al Gobierno surcoreano de repatriar a ambos sujetos sin una investigación contrastada.  

Por su parte, el Ministerio de Reunificación rechazó esas críticas, al señalar que la ley de protección de desertores norcoreanos no puede amparar a criminales, ya que ni sus delitos fueron por motivos políticos, ni pueden ser reconocidos como refugiados en base al derecho internacional, al tiempo de representar una amenaza para la vida y la seguridad de los surcoreanos.