Corea del Norte llevó a cabo el jueves 6 otro ensayo balístico - el sexto en los últimos doce días- aumentando la inseguridad regional. Esta secuencia de misiles norcoreanos, las maniobras conjuntas surcoreano-estadounidenses y la convocatoria del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para abordar estos ensayos agravan la tensión en la península coreana. 

Mientras las autoridades militares de Seúl analizan la trayectoria, la altura y la velocidad del misil, se estima fue una protesta del régimen de Kim Jong Un contra el regreso del portaaviones nuclear Ronald Reagan de Estados Unidos en aguas al este de la península coreana.

El Ministerio de Exteriores norcoreano declaró en la madrugada del jueves que Pyongyang sigue los movimientos en la zona, donde Estados Unidos intensifica sus amenazas con un grupo de ataque liderado por un portaaviones nuclear.

El buque Ronald Reagan regresó a aguas abiertas al este de la península coreana pues, tras dejar la zona al culminar las maniobras conjuntas con Corea del Sur, Corea del Norte lanzó un misil balístico de alcance intermedio el miércoles 4. 

En tanto, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convocó una sesión abierta para discutir sobre el ensayo del misil de alcance intermedio norcoreano, a la que también asistió Corea del Sur como país implicadodo, pese a no ser miembro permanente.

Considerando esta serie de acontecimientos, la última prueba balística de Pyongyang se interpreta como una forma de expresar el descontento del régimen norcoreano.