Después de casi una década de contienda legal, las víctimas de explotación laboral durante la ocupación japonesa han obtenido una victoria definitiva en la "Segunda Demanda de Compensación" contra empresas japonesas. Pese a todo, el triunfo se ha concretado póstumamente, pues todas las víctimas afectadas ya han fallecido.

El jueves 21, el Tribunal Supremo de Corea del Sur rechazó el recurso de casación presentado por varias empresas japonesas y ratificó la sentencia incial que da la razón a las víctimas y familiares en las demandas interpuestas contra Mitsubishi Heavy Industries y Nippon Steel.

El fallo concluye que ambas corporaciones deben indemnizar a cada víctima o a sus herederos con cifras que oscilan entre 100 y 150 millones de wones, sumando una cantidad total de 11.700 millones de wones en compensaciones.

No obstante, se considera poco probable que las empresas japonesas realicen directamente estos pagos, dado su historial de incumplimiento de órdenes de indemnizaciones anteriores.

El caso contra Nippon Steel comenzó en marzo de 2013 cuando siete víctimas, con vida por aquel entonces, interpusieron una demanda solicitando dicha indemnización. Lamentablemente, durante el proceso judicial en primera y segunda instancia fallecieron todos los demandantes. 

De modo similar, el litigio contra Mitsubishi Heavy Industries que comenzó en febrero de 2014 por tres víctimas y un familiar, los demandantes, a excepción de un familiar, fallecieron todos durante el largo proceso judicial.

En ambos casos, las víctimas fueron forzadas a trabajar en instalaciones militares en ciudades como Nagoya y Kamaishi, desde 1942 hasta 1945.

Por su parte, el Gobierno japonés expresó un profundo lamento y rechazo el fallo emitido por el Tribunal Supremo surcoreano, indicando que contradice directamente el acuerdo sobre derechos de reclamación firmado en 1965 entre Seúl y Tokio. 

También recordó que el Gobierno coreano anunció previamente, en otro asunto relacionado con la explotación laboral, que en caso de confirmarse un nuevo fallo a favor de los demandantes, una fundación coreana se haría responsable de pagar tanto la indemnización como los intereses de demora y las costas procesales.