Al aumentar la violencia de las pandillas en Haití, país prácticamente sumido en la anarquía, las empresas surcoreanas están sufriendo pérdidas y viven en una angustia permanente.
Un empresario surcoreano que confecciona prendas de vestir desde hace unos 30 años en Haití y en República Dominicana, explicó en una entrevista telefónica con medios surcoreanos el 18 de marzo que sus fábricas han estado entre dos y tres semanas sin poder operar, y aunque ahora han reanudado el trabajo se ignora si podrán continuar.
Afirmó que la situación actual es mucho peor que en 2022, cuando a los enfrentamientos violentos entre pandillas se sumó la escasez de combustible, factores que llevaron a cerrar temporalmente la fábrica ubicada en Puerto Príncipe, la capital.
Según datos de 2023, en Haití residen 117 inmigrantes surcoreanos. Principalmente trabajan en sectores como confección de prendas de vestir y procesamiento de textiles, aunque también hay otros surcoreanos en el país que actúan como misioneros.
La ONU estima que estas pandillas de gángsteres ya controlan el 80% de la capital, y recientemente han comenzado a asediar instalaciones nacionales.
Corea del Sur ya ha adoptado medidas de protección para los surcoreanos residentes en Haití, y sigue monitoreando la situación local desde su embajada en la República Dominicana.